Argentina: de la historia nadie come

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La clasificación de Argentina a Rusia está en riesgo. Ya nadie vive de camiseta y el equipo de Bauza está en déficit muy serio en muchas posiciones. Contrario a lo que se cree, en este momento, Argentina no debe ser considerada una potencia. Está muy lejos de las verdaderas. 

 

El fútbol Argentino está absolutamente fracturado. Desde las mayores instancias de poder, hasta las bases del fútbol formativo, la situación es delicada y decadente. El país está en un proceso de desculturización del fútbol y el estereotipo del jugador argentino combativo y luchador, llevado al extremo, ha eclipsado al buen juego.

 

Históricamente, en los mundiales, Argentina ha peleado cabeza a cabeza con Alemania, Inglaterra y Brasil. La leyenda de su camiseta, que no es poca, nos ha obligado a situarla en un lugar privilegiado. Sin embargo, este fútbol moderno hipercompetitivo y dinámico, que cada día respeta menos a la historia, nos obliga a cuestionar permanentemente eso de las “potencias“. Hay países que han hecho mucho mejor las cosas que Argentina en los últimos 20 años (España, Chile, Alemania, incluso Colombia). Sin Messi, es muy probable, que el equipo no hubiera llegado a tres finales entre 2014 y 2016.

 

Argentina es un equipo descompensado. Arriba tiene muchísimas herramientas, pero en otras zonas de la cancha hay vacíos alarmantes:

 

La defensa

Desde Sabella hasta hoy la línea de atrás ha sido siempre muy similar La defensa del mundial fue Zabaleta-Demichelis-Garay-Rojo; en la Copa América 2015 casi siempre jugaron Zabaleta-Garay-Otamendi-Rojo; y después en la Copa América Centenario lo hicieron Mercado-Otamendi-Funes Mori-Rojo.

 

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Revisando estos nombres es posible sacar conclusiones importantes. Por supuesto que todos son jugadores de alto nivel, titulares en importantes equipos de Europa, pero con carencias notables para darles la pelota a los de arriba en buenas condiciones. Respecto a los laterales, salvo Zabaleta (hace dos años) ninguno tiene buenas capacidades ofensivas, ninguno tiene uno a uno y ninguno tiene características para incorporarse en la mitad para ser un volante más.

 

Ni Rojo, ni Mercado tienen cualidades sobresalientes para pasar al ataque. En Argentina los laterales nunca son una herramienta de desequilibrio. Ahora, sin Zabaleta, las opciones por derecha son Roncaglia o Mercado. Por izquierda juega Emmanuel Mas, cuyo rendimiento ha sido muy pobre.

 

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Marcos Rojo hizo un buen mundial sobresaliendo en un equipo defensivo. Pero a la hora de atacar, han quedado en evidencia sus limitaciones.  Foto: nuevodiario.com.ar

 

Los centrales son jugadores agresivos y contundentes por arriba. Seguramente Sabella, Martino y Bauza han llamado a lo mejor que han encontrado, pero con ellos es muy difícil armar un equipo para controlar el partido. Ninguno es un jugador capaz de liderar la salida limpia del balón. La propuesta de Guardiola en el City ha desnudado por completo las carencias de Otamendi con el balón; y ni hablar de Garay y Funes Mori. Ninguno puede, tampoco, superar de presión líneas en conducción.

 

En conclusión, los vacíos de Argentina inician en la defensa. Son carencias profundas. No es casualidad que la mejor Argentina de los últimos años fuera la más defensiva: la versión mundialista de Sabella.

 

Mitad de la cancha

En el mundial de Brasil vimos dos Argentinas. La primera la del 4-3-3 con Mascherano, Gago y Di María. Era la de los cuatro fantásticos. Con las lesiones de Di María y Agüero, Sabella cambió a un 4-4-2 con Biglia y Mascherano en doble cinco y Enzo Pérez y Lavezzi por los costados. En la Copa América 2015, salvo en la final, Martino jugó siempre con un 4-2-3-1 con Biglia y Mascherano en la mitad. En la final, Martino incluyó a Pastore para jugar un 4-3-3. Y en la Copa América Centenario jugó todo el torneo con Mascherano, Banega y Augusto Fernández en la mitad.

 

Desde hace años el eje en la mitad es Mascherano. La versión defensiva de Brasil 2014 fue la Argentina del ‘Jefecito’. ‘Masche’ mostró todas sus virtudes. Es un jugador sensacional, pero ya hace muchos años, desde el 2010, juega como defensor central en el Barcelona. Eso no le ha impedido rendir en Argentina, sin embargo con él y Biglia en la mitad no hay quien conduzca el equipo.

 

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Foto: skysports.com Tras su fichaje por el Atlético de Madrid, Augusto Fernández empezó a jugar de mediocentro y Argentina disfruto de su nuevo rol. Su lesión de rodilla fue una fatalidad.

 

Acá no podemos culpar a los entrenadores. La verdad es que no hay otras opciones. El gran Augusto del Atlético fue fugaz. Su lesión de rodilla obligó a apelar de nuevo a Biglia y a ‘Masche’, un tándem de jugadores parecidos que no se complementan. En cambio, las selecciones con las que Argentina se debe mirar a los ojos tienen una oferta espectacular de volantes de primera línea. España y Alemania, últimos campeones del mundo, dejan por fuera de su lista a nombres como Weigl, Gündogan, Fábregas, Gabi, Isco, Iborra y la lista sigue…

 

Con todo lo dicho hasta ahora podemos entender en qué condiciones le llega el balón a Messi.

 

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El Ataque

Con seguridad Argentina es la selección con el mayor potencial ofensivo del mundo. No solo por el peso de los nombres, sino porque la variedad de posibilidades es muy rica. Messi, Higuaín, Agüero, Di María, Alario, Pratto, Dybala, Lavezzi, Icardi, ‘Papu’ Gómez y tantos más.

 

Pero los entrenadores y compañeros han sido incapaces de armar una estructura y un contexto futbolístico cómodo para el mejor jugador del mundo. Messi siempre tiene que hacer de bombero, ser principio y final del juego, y terminar en lo que ha terminado: siendo el único argumento del equipo.

 

El tema es que no siempre la unión de los mejores jugadores hace al mejor equipo. Di María, que es un jugador espectacular, ha demostrado ser incapaz de interpretar y potenciar a Messi. Con la ‘Albiceleste’, Ángel juega a un ritmo desenfrenado y toma decisiones que no son de un jugador de su nivel. Hace tiempo que no debería ser titular. No por su nivel, sino por no poder complementar al 10. Condición que debería ser regla de oro para ser titular en Argentina.

 

(Análisis de la cantidad de balones que no le devolvieron a Messi en la final de la Copa América 2015. Via: iKhoStyle7i HD)

 

Con Higuaín la relación es parecida. Siendo un goleador terrible y teniendo mejores números que Benzema, el Real Madrid prefirió al francés por demostrar ser un mejor complemento para Cristiano. Gonzalo es de esos delanteros centro, que en el área solo piensan en marcar. Eso lo hace grande, pero sus hábitos y movimientos no complementan a Messi. Todavía no ha podido darle contraprestaciones a ‘Leo’.

 

A Argentina le faltan cuatro partidos, tres los tendrá que jugar sin su mejor hombre y dos de ellos serán de visita en el Atahualpa y el Centenario. Con el futuro de Bauza en el aire y sin tiempo para hacer cambios radicales el panorama no es bueno.

 

Para el fútbol argentino sería durísimo quedar por fuera del mundial. No obstante, la catástrofe obligaría a Argentina, por fin y de una buena manera, a hacer una revisión seria y estructural de su fútbol. Las crisis sostenidas dilatan la agonía. Las crisis profundas, en cambio, aunque son más sangrientas, dan segundas oportunidades. Perderse el mundial, quizá, es lo mejor que les puede pasar.

 

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