Así terminaron los once que ganaron la número 13 en 1988.
Omar Franco: Después de salir campeón se fue a Nacional para reemplazar al recién ido René Higuita. Sin embargo, después del fallido experimento del “Valladolid colombiano”, el ‘Loco’ regresó y Franco perdió todo protagonismo. Luego se probó sin suerte en Tolima y Santa Fe. En 2012 lo vieron yéndose a dirigir a España. Desde entonces anda desaparecido.
Alberto Gamero: ¿Qué se puede decir de este defensa samario que la gente no sepa? Del Unión Magdalena saltó al Millos campeón. Cuando colgó los guayos, agarró la pizarra y en 2008 se convirtió en el único entrenador de la historia que le ha dado un título de liga al Boyacá Chicó. De ahí pasó al Tolima y luego al Junior.
Wilman Conde: También siguió vinculado al fútbol. Primero dirigió a la selección juvenil del Valle y ahora es asistente técnico en el Cortuluá. Su hijo Wilman Conde Junior también fue futbolista profesional. A diferencia de su padre, el éxito más memorable de Junior fue haber sido arrestado por agredir a un policía cuando jugaba para los New York Red Bulls en 2012.
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Cerveleón Cuesta: Millos es Cerveleón y Cerveleón es Millos. Solo vistió la azul y después del retiro, hasta hoy, se dedicó a entrenar en las divisiones inferiores del club.
Hugo Galeano: Luego de la doble conquista con Millos, Hugo salió campeón con Junior en 1995. De viejo trabajó como asistente de Alexis García.
Eduardo Pimentel: Nació en Cundinamarca (Ubaté), pero Boyacá es donde más duro suena su nombre. Pimentel fundó, entrenó y administró al Boyacá Chicó. Algunas veces fue presidente, accionista mayoritario y el entrenador del club, todo al mismo tiempo. Desde 2017 es el presidente del Chicó de Guayana en Venezuela, un equipo que el mismo fundó en enero de este año. Su forma tosca de jugar la extrapoló a todo lo que hizo de ahí en adelante.
Mario Vanemerak: Este fue el loco que ilusionó al planeta Millos en 2007. Ídolo. En donde dicen fútbol, ahí llega Marito. Fue jugador, entrenador profesional, entrenador de colegio, entrenador de papás de colegio…Hoy participa en programas deportivos de televisión y radio. Tiene tres hijos, pero solo uno de ellos, Óscar, siguió los pasos del viejo.
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Nilton Bernal: Al igual que Cerveléon, Nilton se dedicó a entrenar el fútbol base de Millonarios. En 2015 le dieron el chico en la B y logró ascender a primera con Fortaleza. Hoy ese el entrenador del Unión Magadalena.
Carlos Estrada: ‘La Gambeta’ es considerado por la Dimayor como uno de los 40 mejores jugadores colombianos de la historia. Es raro, pues solo ganó dos títulos, ambos con Millos, y nunca jugó por fuera del país. Primero lo intentó como DT en el Palmira de la B y en Alianza Petrolera. En 2016 se supo que estaba trabajando como entrenador de delanteros en la ‘Mecha’.
Arnoldo Iguarán: Su nombre se escribe con letra dorada en los libros de historia del fútbol colombiano. Antes del ‘Tigre’ este miraba desde arriba en la lista de goleadores históricos de la Selección Colombia. Sin embargo, su palmarés es corto y no refleja su genio. Solo ganó en Millos (en el 87 y en el 88), pero siempre será recordado por su desempeño en el Mundial del 90. Se retiró en el 97 y no quiso seguir vinculado al balón. Eso sí, le encantan los partidos homenaje.
Rubén Hernández: A este no se le ha hecho el reconocimiento que merecería. Nadie lo recuerda, pero en 1989 ‘Rubencho’ fue el héroe que nos metió al repechaje de Italia 90 con un gol agónico a Paraguay. Cuando se retiró ya había tenido suficiente y decidió alejarse del balón.
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