La ropa sucia de la AFA

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La crisis del fútbol argentino parece no tener fin. El egoísmo de los dirigentes, la falta de garantías institucionales y los intereses políticos están hiriendo de muerte a la AFA y al fútbol argentino. Las finales alcanzadas a nivel de selecciones y los éxitos internacionales de los clubes argentinos no deben enmascarar el estado deplorable de una Federación que se está cayendo a pedazos.

 

Cuando Bryan Cabezas marcó el segundo gol de Independiente del Valle en la vuelta de la semifinal de la Copa Libertadores estaba sentenciando algo más que la inminente eliminación del equipo de Barros Schelotto. La derrota de Boca significó también el final de una de las rachas más impresionantes y malagradecidas de la historia del fútbol. Tras el pitazo final, por primera vez desde diciembre de 2013, Argentina no iba a estar presente en la final de un torneo internacional de selecciones o de clubes. Durante 11 finales seguidas, un once argentino (clubes o selección) estuvo presente. Visto así, a simple vista, la proeza hablaría de un gran momento del fútbol argentino. Sin embargo, esta racha no es más que el reflejo antagónico, paradójico, de una Asociación (la AFA) que se está derrumbando por dentro.

 

Las finales alcanzadas por los clubes y por la Selección Argentina lograron enmascarar durante mucho tiempo las miserias administrativas del fútbol argentino. Pero la derrota contra Chile ventiló una cortina de humo que se hubiera mantenido si Higuaín no hubiera vuelto a “pifiar”, si Messi no hubiera errado su penal. La copa dorada que está expuesta actualmente en el Estadio Nacional de Santiago, de haber sido para Argentina, habría hechizado (una vez más) a la prensa y a la opinión pública; habría vuelto a tapar la olla de podredumbre en la que hace años, incluso décadas, se vienen cocinando los elementos de una verdadera crisis institucional en la AFA. Pero no, la Copa se fue a Chile y en Argentina, por fin comenzaron visibilizarse las enormes y crecientes grietas de la Asociación del Fútbol Argentino.

 

Once Finales Argentinas_04_08_2016
11 finales con participación argentina. Tabla hecha por el autor.

 

Argentina no terminaba de pasar el trago amargo del gol de Mario Götze en la final del Mundial de 2014, cuando se anunció que, a sus 82 años, Julio Grondona, el mandamás de la AFA desde el año 1979, había muerto. Este suceso marcaría el antes y el después del fútbol argentino.

 

A lo largo de su vida a Julio – y sus 35 años como cabeza de la AFA – se le acusó de lavado de activos, de corrupción, de arreglar los resultados de los torneos y de los campeonatos, de aceptar sobornos por los derechos televisivos de los torneos y de fraudes fiscales. Pero no fue sino hasta después de su muerte, cuando se destapó el escándalo del FIFAgate, que se le comenzó a señalar con más vehemencia. En el escrito de acusación de la Fiscal General de los Estados Unidos, Loretta Lynch, señaló a muchos hombres poderosos del fútbol que fueron capturados y extraditados desde Suiza y Suramérica. Hubo uno al que se identificó como el máximo co-conspirador, pero ya con once meses de muerto, su captura era irrelevante.

 

El vacío de poder que dejó su partida expuso a la AFA a una horda de problemas que ni el mismo Don Julio hubiera podido sortear. El primero de ellos: Su ausencia. Una carrera de lobos hambrientos de poder fue el primer acto. Hugo Moyano, presidente del Club Independiente de Avellaneda y Marcelo Tinelli, vicepresidente de San Lorenzo y presentador del programa más visto en Argentina, lideran la contienda por el puesto del mandamás. Sin embargo, cada representante -uno más podrido que el siguiente- tira hacia un lado distinto, y los intereses de cada club han terminado por cercenar el cuerpo de la Asociación. La AFA sufre de acefalia, cabalga sin cabeza.

Julio Grondona, había muerto. Este suceso marcaría el antes y el después del fútbol argentino

Es tanto así que en diciembre de 2015 se convocaron a elecciones para determinar quién presidiría a la AFA por primera vez en 24 años (en 1991 hubo elecciones donde Grondona ganó con todos los votos menos uno). En esta elección se perfilaban dos candidatos: Marcelo Tinelli y Luis Segura, el entonces presidente interino de la AFA, segundo de Grondona antes de su muerte y presidente de Argentinos Junior. Tinelli representaba los intereses de su club y los de River apalancados con una propuesta de renovación del mandato del fútbol en Argentina a través de la controversial Superliga. Por su parte, Segura representaba los intereses de Boca, Independiente e incluso del gobierno nacional. La elección terminó en un bochornoso empate de 38 a 38 (en total 76), donde solo 75 dirigentes tenían la posibilidad de votar. El escándalo terminó alargando las elecciones otros seis meses, tiempo que dio pie a la entrada de nuevos candidatos como Nicolás Russo, presidente de Lanús y vocero de los equipos chicos; Claudio “Chiqui” Tapia, presidente de Barracas Central que juega en la Metro B (la tercera división), vicepresidente interino de la AFA con grandes nexos sindicales y alto seguimiento entre equipos del ascenso; y su suegro Hugo Moyano, presidente de Independiente y titular de la CGT, la federación sindical más grande y poderosa de Argentina.

 

Aun así, las elecciones nunca se llevaron a cabo por diversas razones. En primer lugar, la Inspección General de Justicia (IGJ) impidió su realización por mandato judicial ya que desde la muerte de Grondona se venían investigado las irregularidades financieras de la AFA y los derechos televisivos de las ligas que cedían a terceros. Entre su investigación estaban las acusaciones penales contra Don Julio por los contratos de los derechos cedidos, en concordancia con el escándalo del FIFAgate. De igual manera, el destino de las regalías de Fútbol para Todos, el programa de subsidios estatales al fútbol, estaba siendo inspeccionado ya que no había garantías de que el dinero sí terminaba por completo en las manos correctas de todos los clubes en las porciones que les correspondía. La investigación arrastró desde dirigentes del fútbol hasta altos mandatarios del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

 

En segundo lugar, el futuro de Fútbol para Todos colmaba a los dirigentes inclusive más que el nombre de quién sería la futura cabeza de la AFA.  El programa consistía en girar fondos anuales por un valor promedio de 150 millones de dólares a la AFA, es decir, un 0,1% de la deuda externa argentina, a cambio de los derechos exclusivos de retransmisión del fútbol argentino. La política actual reparte los fondos de manera desigual, dándole más a los grandes clubes como River y Boca y mucho menos a los de divisiones inferiores. Este programa, iniciado en 2009 con el gobierno de la exmandataria y viuda de Nestor Kirchner, se encontró en principio en vilo ya que se esperaba que el nuevo gobierno nacional, liderado por el expresidente de Boca, Mauricio Macri, acabase con el subsidio al fútbol, en especial considerando que los subsidios a la electricidad, gas y agua se han ido cortando tajantemente. Sin embargo, el gobierno de Macri mostró su intención de continuar con el programa sin modificar los montos ni la política de repartición.

 

Julio Grondona y Cristina Kirchner_04_08_2016
Julio Grondona, presidente de la AFA, firmando el contrato original de Fútbol para Todos con Cristina Fernández. En el fondo Diego Maradona. Fuente: MundoLaVoz

 

De manera que con una Asociación sin cabeza, pero con gobierno que avala una política de repartición desigual, la división entre clubes grandes y pequeños ha pasado de enfrentamientos dirigenciales a ser una guerra civil. A los grandes, River, Boca, San Lorenzo, Racing, Independiente y Vélez, les interesa mantener las grandes regalías que reciben e incluso independencia sobre ellas. Esta es la razón mezquina que explica la propuesta antifutbolística que es la creación del engendro que llaman ‘Superliga’. La propuesta contempla un formato donde la fusión de la Primera y la B esté desligada de la AFA. El pasado lunes 18 de julio se oficializó la creación de la Superliga, pero aún falta mucho por definir.

 

Por reciente iniciativa de los clubes el contrato Futbol para Todos se rescindió ya que ellos consideran que pueden conseguir más dinero de un comprador privado. Sin embargo, el torneo que comenzará el 19 de agosto no estará bajo la estructura de la Superliga. La FIFA objetó la estructura institucional argentina y propuso -en forma de mandato, como suele hacerlo la FIFA- que se definieran los detalles de las elecciones.

 

Es difícil saber quién irá a la cabeza. Tinelli había liderado la candidatura anteriormente, pero llegó a mitad de año sin apoyo. A su vez, Moyano llegó con mucho apoyo, en especial de las divisiones inferiores donde tiene influencia por medio de los sindicatos. Esto impulsó a qué liderara un recurso judicial para revocar el mandato de la IGJ y continuar con las elecciones ya que creía que podría ganarlas. Sin embargo, este no tuvo apoyo de los otros candidatos ni le fue otorgado el recurso por el poder judicial.

 

La dimensión de la crisis en la AFA dio cabida para que la FIFA, con el buen visto de la CONMEBOL y el Gobierno Nacional, instaurara una comisión normalizadora, liderada por Armando Pérez. La comisión representa los diversos intereses nacionales e internacionales del fútbol argentino. Esta comisión satisface a todos y a nadie ya que posterga la elección un año más pero evita que gente como Moyano y Tinelli queden, así sea temporalmente, con un exagerado poder en la esfera local. Como balance positivo, ya hay una cabeza que no se deja amedrentar (tanto) por la presión política de los clubes.

 

La situación deja desnudos los aprietos institucionales de la Argentina en general: un país sumergido en la inflación, la inseguridad jurídica y cruzado irreparablemente por la polarización, desde los partidos políticos hasta los partidos de fútbol. Una serie de finales parecieran ser el indicador de un buen momento para una nación, pero detrás de las estadísticas hay problemas que pudieron haber sido enmascarados si la selección de Messi hubiera alcanzado la gloria mundial o continental. La comisión normalizadora ya dio el primer buen resultado con el nombramiento de Edgardo Bauza, el mismo que llevó a Liga de Quito y a San Lorenzo a la gloria continental, como DT de la selección argentina. El resto de los problemas no parecen ser tan simples y requerirán el consenso y compromiso de los dirigentes e incluso de figuras por fuera del fútbol.

 

Foto:

Andina

 

Twitter: @eltangafootball @dsanchezojalvo @eltangamusic

 


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