Goles regalados

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Llega la navidad. La lista de regalos, las cartas al niño Dios, ya no son un fantasma sino una realidad. Si salir a comprar regalos le cuesta tanto como un clásico de Premier League a las siete de la mañana, tranquilo. Disfrute estos regalitos y no se sienta tan mal. Inspírese. Sea generoso.

 

Lechona regalada

Este domingo Santa Fe y Tolima jugarán el partido de vuelta de la final del fútbol colombiano. Algunos dicen que ambos equipos juegan mal.  Otros dicen que es merecido. Sus hinchas levantan los hombros, mandan al carajo eso de los merecimientos y se aferran a la esperanza de una nueva estrella como si de eso dependiera su vida.

 

Lo que no saben, lo que tal vez no recuerden, es que hace 9 años, en Ibagué, sus equipos protagonizaron (para bien de Santa Fe, para mal del Tolima) un episodio de esos que solo ocurren en este país maltrecho. En nuestro fútbol al revés.

 

Última fecha del todos contra todos de la antigua Copa Mustang. Para clasificarse, Santa Fe debía robarse los tres puntos del Murillo Toro. Semanas anteriores, una supuesta borrachera colectiva había salpicado al equipo bogotano. El partido, literalmente, era de vida o muerte.

 

Calimenio puso el 0 1 para Santa Fe, Anchico el empate para el Tolima… El árbitro, loco de la cabeza, con delirio de Santa Claus, se inventó esta joya. Este escándalo. Este monumento al error humano.

 

Vea el video completo, sorpréndase, muera de risa. No lo pueda creer. 

(También le va a gustar Celebraciones que hinchan los huevos)  

 

Agustín ‘Papelón’ Orión

Para llegar a una final -en el Mundial y en el fútbol amateur, en Japón y en Colombia- , siempre, se necesita de un regalito, de un guiño del azar, de una concesión del rival. Está comprobado, sustentado científicamente. Sin esta regla no escrita, sin este mandamiento, querido lector, es muy probable que Independiente del Valle nunca hubiera llegado a su diccionario futbolístico.

 

Pero no.

 

No podía ser. Para llegar a su primera final en el continente, para salir del anonimato, algún infiltrado debía tener en el rival. Este regalo es especial porque tuvo lugar, ni más ni menos, que en  ‘La Bombonera’. Orión, acostumbrado a regalarle titulares polémicos a la prensa, con este ejemplar, llevó su generosidad a otro nivel.

 

Si el arquero de Boca juega para tu equipo, se vale soñar en La Bombonera.

(Le gusta el fútbol argentino, entonces le gusta http://hablaelbalon.com/bp-el-payaso-discreto/)

 

El guayabo de Mondragón

A Mondragón hoy se le recuerda con cariño. Como al jefe que se entregó con devoción a la Selección Colombia, en las buenas y en las malas. Como al arquero más longevo en jugar un Mundial de fútbol. El apellido Mondragón, nos guste o no (su versión periodista deja mucho que desear), es sinónimo de historia.

 

Pero el bueno de Farid también fue joven y generoso. Inseguro.

 

Corrían las eliminatorias para el Mundial de Francia 98. Colombia, enrrachada, completaba 17 partidos sin perder. La infernal Barranquilla le abría sus puertas a Argentina. Colombia soñaba con ganar. Mondragón, como aturdido por el calor, como mareado, como excedido por el guayabo,  les adelantó la navidad a los chés.

 

Solo un guayabo explica el regalo de Mondragón.

(Si usted es de fútbol colombiano, entonces lea este lindo análisis sobre Reinaldo Rueda

 

Robert se la fumó Green

Una cosa es equivocarse en unas eliminatorias. Una cosa es inventarse un penalti del tamaño de una catedral. Una cosa es hacer un regalito en una semifinal de Copa Libertadores. Todos son regalos que duelen, que dan risa (o que dan ganas de llorar).

 

Pero otra cosa, mama mía, es llevar el delirio de Papá Noel a un Mundial de fútbol.

 

12 de Junio de 2010. Mundial de Sudáfrica. Inglaterra, en la ciudad de Rustenburg, por el debut, espera a Estados Unidos. Los ingleses, que asistieron en masa a Sudáfrica a ver fútbol pero sobre todo a tomar cerveza, esperaban con ansias que esta vez, de la mano de Rooney,  la England Squad no fuera, otra vez, una decepción.

 

Rooney, Lampard, Gerrard, Joe Cole, Milner, Carrick: apellidos para soñar… Pero los equipos se hacen de atrás adelante. Y si tu equipo empieza con Green, con este Green, en un Mundial (!), las esperanzas se bajan a cero. ¿Exagerado? ¿Pobre el buen tipo de Green? Juzgue usted mismo.

 

Como lo de Mondragón, lo de Green solo lo explican el consumo de  sustancias raras. 

(Le gustan nuestros especiales, lea este sobre Calvos Clasudos) 

 

Bonus: 

El fútbol, lo comprobamos arriba, está lleno de arqueros (y árbitros, y defensas y mediocentros y delanteros) generosos que aman la navidad. Que nacieron para ayudar el prójimo. Sin embargo, aunque mucho menos común, aunque muy marginalmente, de vez en cuando, nos topamos con un auténtico Grinch. 

 

Copa América Centenario. Cuartos de final. Venezuela vs Argentina. Aunque la Argentina ganaba  por dos goles, Venezuela se dejaba la piel, se le plantaba frente a frente y amenaba, una y otra vez, el arco de ‘Chiquito’ Romero. Al final del primer tiempo, el fútbol fue justo y premió a Venezuela con un penal.

 

Si se mira bien, un cobro penal es siempre un regalo. El lanzador, el elegido, es el encargado de abrir el empaque, de ver el juguete, de cambiarlo por gol. Si se mira bien, si nos dejamos de cuentos, convertir un penal es fácil, es una obligación.

 

Seijas, el Grinch del 2016, no tuvo problema en agarrar el regalo y, como un niño malcriado, escupirle, romperlo a pedazos. Si usted ya vio el penalti, el video a continuación le sacará una sonrisa (otra más).

 

Si lo de Seijas es para sentirse a llorar, este video es para ver de pie. Y aplaudir. 

Foto:

https://i.ytimg.com/


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