La Religión del Boxing Day

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El Boxing Day es quizá la más grande expresión cultural del fútbol en el año. Como en ninguna otra parte, los ingleses celebran el nacimiento de Jesús alrededor de la pelota. Los estadios de la Premier League, cada 26 de diciembre, se hacen templos. Templos a los que no les cabe un alma. Cortico y al pie, le contamos el origen de este fenómeno. 

 

Para entender qué es esto del Boxing Day que hoy se celebra -que celebramos usted y yo al estar pegados al televisor expectantes por la jornada del 26 de diciembre de la Premier-, hay que remontarse a la Era Victoriana. Es decir, al periodo histórico en el que la reina Victoria gobernó la isla en la que se inventó el fútbol.

 

Durante Victoria, gracias a Victoria, el Reino Unido se industrializó como ningún otro país en occidente; dejó de ser una isla esencialmente agrícola y rural para convertirse en una potencia industrial conectada por una extensa e inédita red ferroviaria. Pensar en la Era Victoriana es pensar en el salto definitivo que dio Inglaterra para ser el poderoso país que hoy reconocemos. Victoria, no se puede negar, no perdió el tiempo en sus 63 años de mandato.

 

(¿Le gusta jugar FIFA? Entonces lea nuestro especial de Derbies a Muerte)

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La historia cuenta que derby de  Boxing Day de 1979 entre Sheffield Wednesday (4) y Sheffield United fue, simplemente, mitológico.

Sin embargo, La industralización, claro, siguió la lógica del capital y estuvo atravesada siempre por malestares sociales. El capital se repartió entre pocos y la aristocracia hizo de la isla su finca de recreo.

 

¿Y el Boxing Day?

Mientras se construían vías ferroviarias y crecían las clases media y baja, mientras los ricos se hacían más ricos, en las iglesias, afuera, en una caja (box en inglés), los fieles regalaban algo a los más desfavorecidos. En esa misma caja, pero en la casa de los ricos, los siervos recibían reconocimientos y donaciones, incluso comida que sobraba del banquete navideño. Entre las cajas, entonces, el día después de Navidad, los pobres llevaban sus regalos y la comida que ya no les cabía en el estómago a los ricos. Con las cajas sobre las piernas viajaban a ver sus familias, al día siguiente no debían trabajar. Pues el día siguiente, desde 1817, es feriado en Inglaterra. Y desde entonces se celebra el Boxing Day.

 

(Usted quiere leer nuestro especial sobre Árbitros Grinch) 

 

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1991: Oldham (3) Manchester United (6). Otro partido imborrable de Boxing Day.

 

¿Y el fútbol?

Con los trabajadores en casa, con la barriga llena y tiempo libre, el Boxing Day se convirtió en un día destinado eminentemente a los deportes: al críquet, al rugby, a las carreras de caballo… al fútbol. Sin nada mejor que hacer -¡¿puede haber algo mejor para hacer el día después de navidad que ver fútbol?! – los ingleses se han dedicado a mostrarle al mundo la mejor manera de celebrar el nacimiento de Jesús.

 

Cada 26 de diciembre (antes también el 25), como quien va a misa, como peregrinos, asisten masivamente a los estadios. Asisten como no lo hacen el resto del año. Asisten como si de eso dependiera su vida. En el 2015, 358.451 ingleses toparon los diez estadios de la Premier League, logrando un porcentaje de ocupación total de 97, 49%. En 2014 lo hicieron 385.339, con un porcentaje de ocupación del 97, 36%. El fútbol como práctica social. El fútbol como religión. El fútbol como fiesta.

 

Las cifras hablan por sí solas. Lo que pasa cada 26 de diciembre en La Premier League no pasa en ningún otro lugar del globo. Cuando el mundo fútbol descansa y las súper estrellas de otras ligas echan a andar sus yates y estrenan sus mansiones, en Inglaterra, los jugadores de fútbol deben decirle que no a sus familias y jugar para la gente. No pueden parar.

 

En la jornada de hoy, de ganar, El Chelsea alcanzará doce partidos en línea sumando de a tres y hará historia; el Arsenal no se podrá permitir un papelón contra el Albion en épocas navideñas; Guardiola querrá meter tres puntos en su caja contra el Hull City;  Mourinho no querrá entregarle nada al Sunderland de local. La Premier arde, como siempre.

 

Pero hoy no importan los partidos particulares. Hoy el fuego está en cada uno de los diez estadios de Inglaterra. En cada uno de los templos. La fecha de hoy es la celebración más digna, más añeja y más poderosa de esta religión que bautizamos fútbol.

 

Foto:

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