En 72 horas el Real Madrid perdió el doble de lo que lo hizo en 280 días. El fútbol siempre tendrá secretos inaccesibles. Pero si hoy quedó alguna certeza, fue la reivindicación de la figura de Berizzo como dignísimo entrenador. Ayer apartó del equipo a su segundo mejor jugador, y un día después, ganó en el Bernabéu.
Zidane ha jugado con distintas alineaciones y distintos módulos en los últimos cuatro partidos. Su apuesta por la versatilidad es valiosa, pero esta semana le costó. Hoy salió con un claro 4-3-3, Kiko Casilla en el arco; Danilo, Varane, Ramos y Marcelo; Casemiro de medio centro, Modric y Kroos de interiores; Lucas Vásquez y Asensio de extremos; Cristiano en punta. El Madrid no pudo encontrar a sus laterales en ataque como lo venía haciendo, Kroos y Modric estuvieron siempre incomodados por Radoja y Díaz y Cristiano estuvo desaparecido. Esas fueron las claves del regular partido del equipo.
Berizzo, en cambio, apostó por el 4-2-3-1 que le ha permitido llevar, cada día, a este Celta a un nivel más alto. En Balaídos ya nadie duda de su capacidad. En el arco estuvo Sergio Alvarez; Hugo Mallo, Cabral, Roncaglia y Jonny en la defensa; Marcelo Díaz y Radoja (de extraordinario partido ambos) en el doble cinco; Wass, Hernández y Bongonda; Iago Aspas en punta. Irónicamente los tres mediapuntas del Celta estuvieron desastrosos con el balón, siempre erráticos y débiles para atacar a Ramos y Varane. La explicación del triunfo se haya en el grandísimo partido de cinco hombres: Roncaglia, Cabral, Díaz, Radoja y Aspas.
Desde los primeros minutos se vio que el Celta no salió a replegarse. Pero tampoco quiso ser aquel equipo que se siente cómodo con el balón. El plan era estar compactos para defender y, tras recuperar, buscar rápido la espalda de Marcelo y Danilo con Wass y Bongonda. El Madrid tenía la iniciativa, pero le faltaba chispa en el último cuarto. Asensio y Vázquez no lograban juntarse con Cristiano.
El Madrid tardó casi media hora para pronunciarse en ataque: un centro preciso de Vázquez que Ramos cabeceó y casi mete. Pero así el Madrid tuviera la iniciativa, el Celta identificó el mejor hueco para herir: la espalda de Danilo. Bongonda tuvo tres contragolpes muy claros para dejar mano a mano a Aspas y Wass y en todos se equivocó. Cuando volvían a atacar los de Zidane, Lucas Vázquez era el mejor. Lograba juntar a dos y tres jugadores para gambetear y después descargar.
El primer tiempo terminó con un tiro de Casemiro desde afuera del área que pasó cerca. Mientras tanto, Marcelo, Asensio y Ronaldo estaban invisibles. Por el lado del Celta, Hernández era un espectro. Su aporte al equipo fue nulo con balón.
El segundo tiempo, comenzó con la misma tónica del primero. El colosal despliegue de Radoja y Díaz le hacían las cosan difíciles a Kroos y Modric. Al 52′ entró Morata por Asensio por lesión. Roncaglia pisó al zurdo sin intención. El ex-Juve se hizo sentir inmediatamente. De zurda encontró un espacio y casi marca.
Al 64′ el Celta encontró su premio atacando la espalda de Danilo. Bongonda centró para Wass, Marcelo la desvió y quedó muerta para Aspas que, como lo ha hecho en toda la temporada, no perdonó. 0-1. El Madrid reaccionó pronto. Marcelo cogió un rebote y con una volea violenta empató el partido. Pero mientras los jugadores seguían abrazados celebrando el gol, Lucas Vázquez perdió un balón y su equipo quedó mal parado. Aspas dejó a Jonny solo frente a Casilla y el lateral hizo el milagro. 1-2.
Zidane intentó buscar respuestas metiendo a Kovacic por Vázquez, pero el croata nunca fue peligroso. Su mejor virtud es la conducción a campo abierto y no había espacios para hacerlo. Al minuto 80′ entró Benzema por Danilo y el equipo pasó a jugar con línea de tres y dos referencias de área. Benzema tuvo la ocasión más clara del partido y la desperdició increíblemente.
En los últimos minutos el Madrid fue incapaz de acorralar al Celta que terminó mejor físicamente y con los cambios enfrió el partido. Lo llevó al terreno de pausarlo y provocar faltas.
Monumental triunfo del Toto Berizzo, que agigantó su figura de entrenador. El Real Madrid tendrá que hacer un partidazo en Balaídos si quiere estar en semifinales No será sencillo.
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