¿Por qué siempre los mismos?

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Se acabaron las ligas en Europa y el futbolero, como siempre, hace su balance. Podrá decir que fue feliz con el refrescante Chelsea de Conte (y con el magnánimo N’golo Kanté). Dirá también que se alegró con Cuadrado y su sonrisa renovada en la Juventus. Y con el guión perfecto que Falcao terminó de escribir como capitán del Mónaco campeón. Incluso habrá de decir que se excitó con los momentos cumbre de James Rodríguez en el Madrid. No podrá, pues, negar que por momentos fue feliz.

 

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Sin embargo, con la cabeza en frío, el futbolero no puede mentirse. Hay algo que le aburre, que le molesta, que le da rabia. Y es que el fútbol, su fútbol, ya no parece regirse por el ancestral adagio japonés que lo definió como “el arte de lo impredecible”. Ahora es el deporte en el que siempre ganan los mismos. Veamos.

 

En España, de las últimas diez Ligas, seis han sido del Barca y tres del Real Madrid. Solo el milagroso Atlético del ‘Cholo’ en 2014 pudo colarse en el duopolio. Y esta temporada, el Sevilla flamante de Sampaoli, que empezó haciéndonos creerlo capaz de todo, terminó a diecinueve puntos del campeón. ¿Qué se ha hecho el Valencia dos veces finalista de Champions? ¿Lo del Atlético de Madrid ha sido una ilusión que llegó a su término? ¿Es el Sevilla una linda utopía condenada a “la otra Liga” y nada más? Sigamos.

 

En Italia, el imperio de la Juventus se hizo con la Liga por sexta vez consecutiva: 1, 2, 3, 4, 5, 6…¡Bostezo! ¿Dónde están el Inter y el Milán, poderosos animadores europeos de antaño? El primero a 29 a puntos del campeón y el segundo a 25. La Roma y el Napoli, segundo y tercero, no logran convencernos de poder desafiar al monarca vestido de negro y de blanco. Y la Lazio… bueno la Lazio es solo un lindo recuerdo. Continuamos.

 

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En Alemania, el Bayern acaba de completar la manita, cinco Bundesligas en línea. El segundo (el irreverente Leipzig que ilusionó a más de un romántico), terminó quince puntos por debajo. Y El Dortmund, fiero rival de clásicos, no aguanta el pulso a largo plazo y se conforma con la Champions. Ni el lindo Werder Bremen de antaño, ni el Hamburgo ni el Leverkusen salen al rescate del futbolero, que entiende la Bundes como un cuento del que ya se sabe su final, desde la primera página. ¿Quieren seguir?

 

Inglaterra, el caso menos peor, en los últimos 10 años solo ha tenido cuatro campeones (lo del Leicester volverá a pasar dentro de cien años).Y en Francia, antes de este Mónaco sorprendente, el PSG, cuatro veces campeón en línea, se paseaba a placer y sin resistencia. ¿Más? No, no más. Ya basta. Que este amargo recordatorio sirva como amuleto para que la próxima temporada tengan lugar los milagros. Que el fútbol europeo vuelva a caber en lo impredecible. Que no siga siendo el juego de once contra once en el que siempre ganan los mismos.

 

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