Juanfer-dependencia y Chateo-dependencia

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El DIM perdió 1-2  contra un Junior pálido en el Atanasio. Ambos equipos dejaron claro que dependen de sus genios.

 

El Junior de los volantes de marca fracasó
Para darle descanso a Teo y Chará el técnico paró un equipo extraño que no le dio resultados.

 

Fue una apuesta sui generis, un 4-3-1-2 con tres volantes de corte defensivo en la primera línea. Luis Narváez fue cabeza de área y de interiores jugaron Pico y James Sánchez con la orden de abrir la cancha y sorprender por afuera. Por delante de ellos, suelto, estuvo Sebas Hernández y en punta jugaron Ovelar y Yonny González.

 

Al Junior del primer tiempo le faltó picante. No es la primera vez que Sánchez juega por izquierda y siempre que lo ha hecho ha defraudado en la fase ofensiva; da equilibrio, pero no se inventa nada. Por derecha estuvo Pico y apenas se notó. Leo Pico es un volante con un despliegue defensivo notable, pero le pesó mucho la responsabilidad de tener que generar peligro en campo contrario. Finalmente, Sebastián Hernández volvió a demostrar que es un excelente actor de reparto, pero que cuando debe ser el creador, el dueño del equipo, siempre queda debiendo. Ese ha sido el lunar de su carrera.

 

Sin Teo y Chará el Junior fue un equipo dócil, con poca movilidad e incapaz de jugar en campo contrario. La única opción de gol fue un penal desperdiciado por Ovelar.

 

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La zurda de Juanfer y no mucho más
A estas alturas no sorprende que el DIM esté por fuera de los ocho. Aunque tiene una nómina envidiable, la idea de juego no se sustenta en un colectivo sino en la zurda de Juanfer, un jugador maravilloso, pero lagunero e irregular. Si Quintero está bien, el Medellín está bien; si Quintero se desaparece, el equipo se cae.

 

En el primer tiempo Juanfer nos regaló algunas pinceladas. El 10 aprovechó la velocidad y la profundidad de Toloza para herir al Junior por derecha; y la fuerza de Caicedo para descargar en él y abrirse espacios en el área del Junior. Sin embargo, su propia falta de definición impidió que el Medellín se fuera arriba.

 

Luego en los primeros 15 minutos del segundo vimos su mejor versión, al futbolista total. Desde su rol anárquico y su completo desentendimiento de las tareas tácticas, cuando Quintero aparece activamente en el circuito, el DIM es capaz de someter a cualquiera. Y así fue con el Junior. Al 56’ un centro envenenado del zurdo se le coló a Viera.

 

Pero hizo el gol y luego se desapareció. Sin él el equipo se derrumbó. No se puede depender de un solo jugador, sobre todo si es tan irregular.

 

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Chateo es la solución
Cuando Comesaña se vio superado hizo la fácil: meter a los dos genios. Pasó a un 4-4-2 con Pico y Narvéz en el doble cinco, James por izquierda y Yonny Gónzalez por derecha.

 

El equipo no necesariamente comenzó a jugar mejor, no hubo circuitos colectivos, pero la sola presencia de estos dos hizo que el DIM se echara para atrás.

 

El primer gol llegó tras un rechazo y una pared solitaria entre Teo y Yimmi. Luego, Chará aprovechó que el DIM estaba jugado para darle un pase al espacio al picante Luis Díaz que enganchó y falló en el mano a mano. El rebote lo pescó Teo y listo… Tres puntos.

 

Con ellos en cancha no se juega, se gana.

 

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Foto: as.com


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