El Millos de 2018 estará a la altura de los grandes

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La renovación de Russo es un gran acierto y un síntoma claro de que para el próximo semestre el club hará contrataciones de peso.

 

En los últimos tres torneos la estrategia de la directiva ha sido gastar una gran porción de los recursos del club en el cuerpo técnico. Primero el plan fue Cocca. El entrenador descabezó jugadores importantes y pidió los suyos en diciembre. En pleno Año Nuevo le clavó una puñalada trapera a Camacho y se fue dejando una miserable nota en Twitter llena de excusas y errores de ortografía.

 

Para entonces el hincha volvió a sentir que reírse de Millonarios era muy fácil. Que nadie lo toma en serio. La directiva, consecuente con el plan de inversión, fue a buscar a otro entrenador de lujo. De etiqueta. Costoso. Un campeón de América para que no quedaran dudas de que la apuesta era tener a un mariscal al mando de un ejército de soldados rasos. Porque no nos digamos mentiras, en Millos no hay jerarquías, no hay tenientes ni coroneles, son Russo y, debajo de él, un pelotón de hombres entregados a la causa. 

 

Desde enero del 2017 la Era Russo ha sido una tarea diaria de lidiar con la escasez. De potenciarla sacrificando muchas cosas a las que aspira un entrenador. El técnico ha sido un verdadero sastre cosiendo costuras y poniendo parches para armar un equipo que intente competir con los super planteles de la liga. Hoy podemos decir que lo consiguió.

 

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Ahora el hincha pide fichajes que ilusionen. Jugadores que le permitan a Millonarios ganar con autoridad, y no con el laborioso 1-0 de tantas veces. Es normal. El hincha pide cromos de nombre. Monas para llenar el álbum y autocomplacerse. Porque a uno lo llenan mucho más los nombres que el trabajo silencioso de pizarra entre semana. Cuesta mucho depositar la ilusión en lo que no se ve. Es urgente que lleguen en el corto plazo jugadores del vuelo de Cantillo, Dayro, Quintero, etcétera. Apellidos pesados. Esa debe ser la ambición.

 

Los economistas recomiendan no poner todos los huevos en la misma canasta para no depender de una variable o una industria. Bueno, pues a Millonarios sí le ha funcionado poner los huevos en la misma canasta. Por resultados y juego. En la reclasificación el equipo es tercero con 63 puntos y quedó dentro de los cuatro primeros el semestre pasado, a un soplo de la final luego de haber sido muy superior a Nacional en las semifinales. Ahora faltan cinco partidos y Millos necesita una victoria para estar en los ocho. De seguir con ese promedio de rendimiento tendrá cupo para la Copa Libertadores 2018.

 

Poco a poco el plan le ha salido a Camacho. La directiva no espera que el equipo gane partidos con impulsos individuales de Jader Valencia y Ayron del Valle. Este semestre ha costado mucho más encontrar el equipo que el semestre pasado, pero las últimas señales han sido positivas.

 

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Russo perdió a Deiver Machado y Pedro Franco, pero encontró en Banguero y Matias de los Santos reemplazos a la altura. La defensa es lenta por dentro, rápida por fuera y así defiende bien colectivamente; ‘Caracho’ Domínguez ha tomado el rol protagónico de Henry Rojas como eje; Jhon Duque tiene un papel más ofensivo; Mosquera no para de crecer; Macalister Silva y Maxi Nuñez con su regular irregularidad aportan lo que pueden; el voluntarioso Riascos antes de lesionarse aportó goles importantes; y con el mejor Ayron, Millos lleva una gran racha de victorias.

 

Este es el Millonarios de Russo. No le sobra nada. Perdiendo o ganando siempre deja la sensación de vaciarse todo, de no dejar una moneda en la alcancía. Con sus chispazos y su pobreza es el tercer mejor equipo del año. Esa es la obra de Miguel Ángel.

 

Lo más lindo y alentador para la hinchada es saber que un entrenador de la categoría del argentino —que además merece un aumento— no firmó su renovación por amor al arte. Por caridad. Debe estar cansado de competir en la categoría peso pesado con boxeadores que apenas llegan al peso mosca. Su renovación es una señal de que el club acató sus exigencias. Que se quedé significa que club hará un esfuerzo económico importante. Se ha ganado un cheque generoso para contratar.

 

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En enero llegará Wuilker Fariñez al arco, la revelación del continente en este semestre. No es algo menor. Suenan Quintero y Fernando Uribe entre otros nombres fuertes. Pueden ser solo rumores, pero cuesta imaginar que Russo haya firmado para seguir peleando con un delantero de 17 años. Esta cansado de vivir con lo justo. Además, si el equipo juega Copa no habrá excusa para no pedir un préstamo si hace falta.

 

El proyecto ya tiene espalda. Se la merece. Mientras otros grandes clubes con más recursos y mejores jugadores despiden entrenadores a mitad de semestre, Millos parece estar construyendo un proyecto de largo aliento de la mano de un tipo que ha respondido gestionando la escasez.

 

¿Cómo le irá en la riqueza? Eso está por verse.

 

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Foto: comutricolor.com


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