Lillo: otro título para Nacional

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No había terminado de despedirse Reinaldo Rueda y varios se agarraron la cabeza por la contratación de Juan Manuel Lillo. Para algunos no es más que un versero perdedor. Yo, por el contrario,  creo que es una gran fortuna tenerlo de regreso en el FPC.

 

Después de dos ciclos muy exitosos -Osorio y Rueda– la directiva de Nacional se atrevió a contratar un entrenador muy distinto a la media. Disruptivo, singular. La inmensa mayoría de las personas en Colombia conocen a Lillo por su paso en Millonarios. Algunos apresurados mirarán su perfil en wikipedia y repararán en que ha ganado pocos títulos. Dirán que Nacional necesita un ‘ganador’, que esto es un paso atrás y que el club necesita otro tipo de conducción.

 

Antes de ir al hueso del asunto, de ahondar en lo que hace a Lillo un entrenador tan prestigioso en ciertos círculos del fútbol distintos a la prensa, precisemos cómo fue su paso por Millonarios. El entrenador español dirigió los dos semestres del 2014. En el primero, el equipo fue grandioso. Hizo 33 puntos en el todos contra todos, quedó segundo y tuvo la defensa que menos recibió goles del torneo. Lo eliminó Junior por penaltis en las semifinales. El equipo empezó como un ciclón y en sus primeros once juegos ganó ocho y empató tres. Pero lo más importante es que pudo confeccionar su modelo de juego con unos jugadores y un contexto habituado a otro tipo de discursos.

 

En cambio, el segundo semestre fue decepcionante. Aunque en honor a la verdad hay que contextualizar aquellos meses. En el 2014 Millonarios perdió 9.000 millones de pesos -por el escándalo de Interbolsa entre otras cuestiones-. Dayro Moreno, su mejor jugador,  tuvo que salir en junio. Por otro lado, Serpa, miembro de la junta y hoy en día máximo accionista del club, nunca quiso ni a Lillo ni a su cuerpo técnico. Misteriosamente se filtraron los sueldos del cuerpo técnico en el diario EL TIEMPO, intentando desestabilizar el proyecto. ¿Quién fue? Saquen sus conclusiones. Portoles, director deportivo, terminó renunciando prematuramente. La cabeza de Lillo cayó en noviembre, después de un mal semestre en Liga y Copa Sudamericana.

 

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Esa fue la experiencia del entrenador español en nuestro fútbol, la cual, obviando los correspondientes matices, puede resumirse en un semestre estupendo y otro decepcionante.

 

Antes, Juan Manuel tuvo un paso largo por el fútbol español. Del 92′ al 95′ ascendió al Salamanca de tercera a primera división, y se convirtió en el técnico más joven en entrenar en primera con 29 años. Después pasó por el Real Oviedo, el Tenerife, Real Zaragoza, Ciudad de Murcia, entre otros. Salvo Millonarios y el Sevilla siempre estuvo en proyectos urgidos y en aprietos. Clubes con situaciones financieras delicadas y con el agua al cuello en la tabla.

 

Por su carácter de hombre pulcro e intransigente con sus reglas de juego tuvo desavenencias con algunas directivas, en otros equipos le fue mal y a otros los salvó del descenso. Desde el rasero del estricto resultadismo, la carrera de Lillo ha estado por debajo de su legado como maestro y pensador del juego.

 

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El cordón umbilical del juego de posición que nació con Rinus Michels y Cruyff, y desembocó con Guardiola, tiene a Lillo necesariamente como una estación fundamental. Juan Manuel ha sido una de las personas que más ha contribuido en la profundización del juego de posición. En el 2005 en los Dorados de Sinaloa para Guardiola fue una revelación estar a sus órdenes. Desde entonces, ha tenido una cercana relación con él, lo considera junto a Cruyff como su gran maestro y está convencido de que es uno de los entrenadores más preparados del mundo.

 

Se habla de que fue Pep el que le recomendó a Sampaoli contar con Lillo para su proyecto en Sevilla. Pues nadie mejor que él podía ayudarle a desarrollar los conceptos que el argentino defiende y que pretendía imponer en España. Así que Lillo fue el gran ideólogo del Sevilla que maravilló esta temporada a Europa.

 

Nacional contrata más que a un entrenador. Este puede ser el momento para que este gran club construya una identidad de juego sólida que mire al futuro. La oportunidad para que de las divisiones menores al primer equipo se unifiquen metodologías y conceptos. Si la directiva le brinda buenas herramientas a Lillo y lo dejan trabajar, podemos hablar de un proyecto total del fútbol suramericano.

 

Será muy interesante ver como todo el músculo deportivo y financiero de Nacional podrá estar al servicio de un cuerpo técnico altísimamente calificado, con un modelo que nadie en Colombia está en capacidad de desarrollar. Veremos a un campeón hiperofensivo, dueño como nunca del balón.

 

Démosle la oportunidad a Juan Manuel, puede ser un momento especial y revolucionario para el fútbol colombiano.

 

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Foto: kaisermagazine.com


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