La rompió en Nacional siendo apenas un niño, nos prometió gloria europea y luego, poco a poco, se fue desmoronando. Hoy está perdido y lo estamos buscando. Ayúdenos.
Debutó pollo en el Huila. Contaba 17 abriles cuando Juan Eugenio Jiménez lo botó al ruedo en 2001. Era un niño prodigio y rápidamente se lo hizo saber al país. En 2003, después de pasar por Huila, Quindío y Pasto, Nacional —como raro— apostó por un adolescente que se hizo hombre en el Atanasio.
La Edixonmanía llegó con goles y mucho sacrificio. Fue en Medellín donde hizo méritos para que Reinaldo lo llamara a la Selección con apenas 20 años. La Copa América de 2004 nos dejó llenos de ilusión. Es verdad que no hicimos un gran torneo, la nómina era pálida, pero Edixon dejó detalles que nos hicieron creer que estábamos ante un portento. Quién fuera Falcao al lado de este.
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En 2005 hizo 15 goles y, junto al mejor delantero del mundo sin balón, le dio el Torneo Apertura a Nacional. La rompió tanto que en tiempos en los que Europa le daba la espalda a nuestra desnutrida liga un equipo francés vino por él. Tener 21 años y jugar en el Girondins de Bordeuax era algo parecido a tocar el cielo con las manos. Pero lo que vino después fue un fiasco…
Capaz que se creyó el cuento, o tal vez los franceses no se lo creyeron a él, pero en casi tres años hizo cuatro goles. Cuatro. Le faltaron oportunidades y las que tuvo no las supo aprovechar. En Francia fue un fantasma y volvió derrotado, frustrado. Lo bueno es que todavía era joven.
El Gremio de Portoalegre lo recibió con los brazos abiertos. Sabían que no era Ronaldinho, pero Edixon seguía siendo explosivo. Algo tenía. Y le volvimos a ver los dientes blancos. Sus números no fueron los de Messi, no, pero sus 13 goles en dos años hicieron que volviéramos a pensar en él. Nos acordamos que existía ese niño prodigio que alguna vez, rebelde, nos prometió gloria europea. “Todavía es joven, ¿no?”. Y lo era, pero ya no tanto.
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En 2010 quiso volver a ganar en euros, y ahí sí todo se fue al diablo. En Las Palmas estuvo un año, jugó 10 partidos y no olió el gol. Apaga y vámonos, Edixon. Ahí comenzó su periplo. Primero fue a México, y luego a China, y regresó a Colombia, y se fue a Hungría, y estuvo quieto un tiempo, y hace poco más de año nos contaron que el América de Cali lo había inscrito. 15 temporadas como profesional, 12 equipos y un poco más de 80 goles. Eso fue de Edixon.
Lo último que supimos es que a principio de año pescó una pulmonía que casi lo mata. A partir de ahí, solo incertidumbre. No sabemos dónde está. Estamos preocupados. Queremos que vuelva. Tiene 33 años, uno más que Cristiano. Si lo ve, dígale eso; recuérdele sus goles, sáquele una sonrisa. “Todavía es joven, ¿no?”.
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