Se busca: Víctor Hugo Montaño

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El menor de los Montaño, como su hermano Johnnier, también nació en Cali. Igual que él, debutó pollito, pero en Bogotá, y vestido de azul. Dos años en Millonarios le bastaron para confirmar su estatus de promesa y para ganarse un tiquete a Francia. Al F.C. Istres. Mientras su hermano mayor viajaba cabizbajo de Italia a Bogotá, Víctor Hugo cruzaba el charco con la esperanza intacta en la maleta. El apellido Montaño se pronunciaba con mística.

 

En Francia, en su primera temporada, Hugo no echó de menos ni el calor ni el aborrajado. Se adaptó y lo jugó todo… hasta el último partido del Istres en primera división. El descenso lo hizo extrañar casa, llamar a Johnnier, sentir más frío de lo habitual. Víctor dudó, pero entonces llegó el Montpellier. “Tú tranquilo, Pibe, en Francia estás para grandes cosas”, le dijeron.

 

Sin embargo, sus dos primeros años no fueron precisamente prolíferos: 59 partidos y solo 6 goles. Pero luego, en 2008, pateó la pizarra. En su cuarta temporada le puso a su apellido 15 goles. Además, probó un postre esquivo y añorado: el ascenso a primera.

 

Se busca: Jonhier Montaño. 

 

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Arriba Víctor volvió a tener récord goleador de dos dígitos y le hizo pensar a Montpellier que jugaría en Europa. Salieron quintos, estuvo cerca. Pero lo que no pudo el Montpellier sí lo pudo el Stade Rennes, que sedujo al negro con la promesa de jugar Europa League. Con ojos grandes, 164 partidos y 41 goles en la espalda, Montaño cambió de club. Y entonces vino el estanco, la caída, las lesiones.

 

Fueron tres años de irregularidad y dolor. Con el cuerpo fallándole, la cabeza se dobló. Sin goles ni minutos, su sonrisa blanca desapareció. En la crisis, el Montpellier lo arropó. Pero como en el fútbol las caídas suelen ser infames y prolongadas, Montaño ya no encajo más.

 

Otro se busca: Juan Pablo Pino

 

Ni en Francia ni en México ni en el Once Caldas. Tampoco en Bahrein, a donde fue a cuadrar caja disfrazado de futbolista. Hoy sabemos que pasa sus días en Popayán jugando para Universitario. Tiene 33 años, la edad de Cristo. Todavía puede resucitar. No nos olvidamos que no hace mucho estuvo en la libreta de Pékerman. Si lo ve por ahí, anímelo, dígale eso, que todavía le queda un balazo en primera. Hágaselo saber.

 

Por esto a Montaño lo corearon en francés. 

 

Termine ayudándonos a encontrar a: John Charria. 


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