¿Se imaginan la resurrección de Jackson en el fútbol colombiano? Para eso lo estamos buscando.
Jackson Martínez es sin duda uno de los mejores delanteros que nuestro país haya sacado jamás. Comenzó jugando al fútbol como todos, como cualquiera: de niño en las calles de su barrio. Pero Jackson no era cualquiera. En los barrios de su natal Quibdó se sabía y olía que Martínez era un animal diferente, que vino al mundo con piel de crack. Se fue a Medellín y tras romperla en clubes aficionados como Coopebombas y Deportivo Encizo, llegó al Poderoso de la Montaña de la mano del profe Pedro Sarmiento.
Pero la carrera de Jackson no ha sido, ni fue en sus inicios, fácil. En el DIM le costó adaptarse, tener continuidad y convencer al técnico. Solo tres años después, tras tiempos turbios y tormentosos, y a punta de trabajo sin pausa, Martínez explotó. Todo el talento que tenía, todo lo que no le había salido por 3 años le salió de golpe. Su caso lo describiría muy bien Van Nistelrooy “los goles son como el Ketchup, a veces no sale por más que lo intentes y luego todos vienen de golpe”. En sus primeras 3 temporadas marcó 16 goles en total; en las siguientes dos la rompió toda con el DIM y metió la friolera de 36 goles ¡Una Locura! Esos goles le sirvieron para en 2009 ganar el Titulo de Liga y salir como máximo artillero del torneo, rompiendo el récord de entonces con 18 pepinos.
Lea también: Se Busca: el jugador más joven del Real Madrid
Desde entonces todo parecía mejorar, y para todos la carrera de Jackson iba en un ascenso sin límites. Primero fue el fútbol coreano el que lo quiso entre lo suyos, pero se quedó en rumor, en humo, y Cha Cha Cha fue en cambio a conquistar México. Allá, con el Chiapas, la siguió rompiendo, aunque le pasó lo que en Medellín: sus dos primeros años fueron duros y secos, hasta que en el tercero se desató y con 20 goles hizo que el país del Chicharito, todo, se aprendiera su nombre. Tras esa temporada consagratoria, le llegó la hora de ganar en Euros y fichó por el Porto. Lo dicho: ascenso sin límites.
En el Porto todo fue felicidad. El tarro de kétchup. Con promedió de más de 30 goles por temporada, una Superligas y una Liga, conquistó Portugal. Se enamoró del equipo y el equipo y su hinchada se enamoraron de de él… Dejó para los archivos del fútbol el recital olvida el que le dio al Bayern de Herr Pep con el tobillo hecho añicos e infiltrado. Ese tobillo que se había jodido en México y que había tratado con infiltraciones, pero nada más, nada definitivo.
Entonces, cuando en Porto decían que era el ‘Nuevo Falcao’, el ‘Cholo’ lo mandó a pedir, esperando de él un depredador insaciable. En 2015 Jackson hizo las maletas y viajó a Madrid. Le costo adaptarse, pero seguía con fe. Hasta que en noviembre en un choque intrascendente contra un chileno en un partido de eliminatorias, el tobillo de Jackson dijo “no más, basta”.
También le gusta: Se busca: Libis Arenas
Lo que vino después, con complicadas operaciones en el medio, fue un karma sangriento. Un jodido ritual de vudú. Fue la muerte futbolística; su pie, simplemente, no le sirvió más.
Jugó apenas veinte partidos y metió tres golecitos antes de irse a China, en transacción multi millonaria. En oriente, donde el ingenuo al Guangzou le prometió a sus hinchas el Jackson del Porto, la frustración fue completa. Multimillonaria. Escandalosa.
Luego de 10 partidos y cuatro goles –¡cuarenta millones pagaron por él! – recayó de su lesión y debió volver al quirófano. Desde 2016 no patea un balón y no le ha quedado de otra que entregarse y aferrarse a papadios.
Lo último que supimos fue que en marzo de este año los chinos lo echaron y ahora lo estamos buscando. Buscamos a Jackson, al Jackson de Porto, al que nos llevó a nuestra mejor participación en un Mundial, al que humanizó al Bayern de Guardiola. El one and only Cha Cha Cha.
Termine buscando a Héctor Landázuri
Foto:
comutricolor.com