Atlético Nacional ha llegado a la final de la Libertadores y a todos los colombianos nos hacen la misma pregunta: ¿va por Nacional? Hay quienes creen que Nacional representa a Colombia y a su fútbol en la escena internacional, hay quienes creen que Nacional representa a sí mismo y no hay que estar orgulloso de un mérito ajeno. Andrés Alba, ferviente hincha de Santa Fe, recoge 8 razones por las cuales cree que Nacional NO es Colombia en la Libertadores.
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“Mamá, ¿cómo te lo explico? ¡Nacional NO es Colombia en la Copa Libertadores!”. Claro, ella no tiene por qué entenderlo. Además, el bombardeo de los noticieros la conduce a esa pretenciosa conclusión que a la luz de los desprevenidos parece lógica. No es mi caso.
Según Dante Panzeri en Fútbol. Dinámica de lo impensado, “el fútbol se reparte entre quienes ven y quienes sienten. Entre quienes van a ver ganar y quienes van a ver jugar”. Y los segundos somos “más que concurrentes, enfermos aún no reclutados como tales dentro de los servicios médicos y farmacéuticos… pues quien deja suplantar su personalidad más frecuente por otra que se regula según la suerte de una divisa deportiva, es un enfermo”.
Por eso parto del principio de la competencia como juego de suma cero, algo propio de un deporte en el que solo uno es campeón. Es decir, si otro equipo gana, el mío no, y eso no es bueno para mí; pero además, si el equipo que gana es un rival histórico, constante y directo, la naturaleza indica que la única opción para la tendencia de mis preferencias es ir en su contra, siempre.
Por supuesto, esa posición nace de la subjetividad de las emociones, pero qué más da, si de eso se trata nuestro fanatismo. No obstante, el caso de Atlético Nacional es especial y las razones por las que en esta final de Copa Libertadores ellos se representan solamente a ellos, son muchas. Aquí una selección:
- Nacional es por antonomasia un símbolo excluyente de la antioqueñidad, y como consecuencia, por principio, no representa al resto del país. “¡Atlético Nacional, orgullo paisa!” y otras consignas reivindicadoras regionalistas, sin mencionar que los colores del equipo hacen alusión a la bandera de su departamento, son suficiente motivo para no sentirse bienvenido en las toldas verdolagas.
- A pesar de lo anterior, Nacional cuenta con una legión de “hinchas” rolos que nada tienen que ver con la mencionada antioqueñidad. Y digo hinchas entre comillas porque la identidad es requisito fundamental para conformar una tribuna respetable. No obstante, son miles quienes se han dejado seducir por el camino fácil de los títulos recurrentes.
- Para los más ortodoxos, Nacional será siempre (junto al América de Cali), un advenedizo de la élite del fútbol colombiano. No fue sino hasta la captura del juego por parte de los dineros sucios del narcotráfico cuando el equipo empezó a construir su verdadero éxito deportivo y a amasar su riqueza.
- La decadencia de los capos del narcotráfico no acabó con el buen desempeño de Nacional. Los dineros sucios se limpiaron y a mediados de los años noventa la prodigiosa Organización Ardila Lülle tomó posesión y convirtió al equipo en una máquina de títulos, ahora sí, a todas luces legal. Hay envidia, y de la mala.
- Nacional es en el “establecimiento”. Más todavía desde épocas recientes, cuando el negocio de los canales privados de televisión y el patrocinio del fútbol profesional coincidieron a su alrededor: los dueños del equipo eran los mismos de la transmisión oficial (RCN) y del nombre del torneo (Postobón). ¿Cómo concederles el beneficio de la duda tras un error arbitral a su favor?
- Nacional le ha hecho imposible a los otros clubes mantener equipos altamente competitivos, pues cada vez que de ellos emerge una joven promesa o logran consolidar a un referente, echan mano de su músculo financiero para, de manera despiadada, arrasar con la competencia.
- Quienes comulgamos en algún punto con las ideas del progresismo social, siempre vamos a tender por el más débil, que en el caso de los partidos de Nacional es casi siempre su rival. Esa relación se repite en esta final de Copa Libertadores con una brecha que en ocasiones pareciera abismal. El impresionante Independiente del Valle, que además dejó en el camino a River y Boca, merece ser campeón.
- No solo mi mamá, sino también la mayoría de la gente que dentro de la categorización de Panzeri va (o ve por televisión) a ver jugar, piensa y proclama que efectivamente Nacional es Colombia en la Libertadores y sin sonrojarse, se regocija con las noticias que apuestan a las probabilidades de un nuevo triunfo internacional para el fútbol colombiano.
Se equivocan, pues antes que celebrar aquello, iremos a parar voluntariamente al servicio médico, como bien lo dicta nuestra condición fanática.
Pero espere, si usted es de los que cree que Colombia
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