Alexis acabó con el ‘Chateo’ de Comesaña

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La opinión de los columnistas no refleja necesariamente la de Hablaelbalón.

 

Luego del partido contra Boca, la crítica no pasa por el resultado. Los reproches van más por el desperdicio de talento, por el deterioro de la calidad ofensiva y por la alegría que ha perdido el Junior de Barranquilla. El ‘Chateo’ ya no existe, a Cantillo se le ve muy sólo en la cancha (pareciera que juega a diez velocidades por encima del resto) y al ataque carnavalesco de Julio Avelino se lo llevó la pereza, y se convirtió en sedentarismo.

 

Es cierto que en el papel, la victoria era un sueño iluso. Boca es un equipo enorme, de una gigantesca jerarquía –es a la Libertadores, lo que el Real Madrid a la Champions- y Junior, a su lado, es un equipo pequeñísimo. Sin embargo, en la cancha la diferencia no fue abismal.

 

De hecho, si el fútbol fuera un edén, en el que los méritos ganaran partidos, los barranquilleros habrían ganado y Teo habría callado a La Doce. Pero NO, la realidad es que la victoria es del que la mete, y desde que llegó Alexis, Junior no la mete ni en el tercer tiempo (y si le cuesta aceptarlo, repase el deshonroso partido contra Leones). Mientras que el equipo de Julio recibía con tres pepas a los visitantes, los pusilánimes de Alexis lloran sangre para anotarle al Chicó.

 

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Alexis, últimamente ha tenido ínfulas de político. Habla puras patrañas y nunca asume la responsabilidad. Para él, su equipo siempre juega bien. En el partido contra Equidad, Junior hizo un solo tiro al arco y él se atrevió a decir que sus jugadores hicieron todo para ganar, que solo le faltó el gol. Lo grave, además, es que se muere de hambre con la nevera llena. Qué no daría Russo o Gregorio Pérez por tener en el banco a Jarlan, a Aguirre, a Piedrahita, a Luís Díaz

 

Sus malos manejos, tapados por la suerte irlandesa que ha tenido el equipo en los últimos partidos, han terminado por golpear a los jugadores, no a él. El juniorismo le echa a culpa Álvez, lo amenaza de ser un ladrón más, pero no se da cuenta que el DT ni siquiera lo ha puesto a jugar con la titular. Para el ‘Loco’ el ‘Chateo’ es un mito, una leyenda. La única vez que fue titular en el once de gala dio dos asistencias, pero lo normal es que Alexis lo ponga cuando Teo ya está acalambrado y Chará, caminando la cancha.

 

El aburrimiento y el sufrimiento que carga en la frente es lo único que le ha aportado al equipo. Lo que con Comesaña hacían en dos y tres toques, ahora se hace en diez o veinte, y eso. La lentitud en las transiciones convirtió a Ávila y a Pérez en los creadores del equipo y mandó al ‘Chateo’ a la esquina de salón; allí donde no los encuentra nadie, ni la lupa del detective Cantillo.

 

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Si comparamos al Junior del ‘Pelo e’ burra’ con el de hoy, solo dan ganas de llorar. Todo lo que ganamos: la jerarquía, la efusividad y la precisión en el último cuarto, Alexis lo está dejando ir. Es cierto que el año pasado se fracasó en la obtención de títulos, pero quién niega que el equipo jugó como todos queríamos. Por juego, algunos lo compararon los campeones del 93. Sí, al final lo perdimos todo, pero lo perdimos con la frente en alto. Nos paseamos a todos y el país nos creyó, los otros equipos temblaban al vernos.

 

El Junior de Comesaña fracasó por cosas del fútbol. Fracasó porque es regla que cada tanto, la vistosidad y la sinfonía no sean suficientes ante la (mala) suerte. En cambio, si este Junior, el de hoy, pierde es porque debe perder. Porque no hace las cosas bien, no construye, no toca como antes, es desprolijo en los trazos y el DT no logra solucionar la incapacidad que tiene el equipo para generar líneas de pase.

 

Nunca pensé decir esto: pero cuánto te extraño, Julito. Cuánto extraño tus triquiñuelas de zorro viejo, tus cambios sacados del sombrero. Nunca entendí tus desgañitadas y tus gritos acalorados. Siempre me incomodaron tus malas caras y tus rabietas con la prensa y con la hinchada. Hoy, en medio del desespero al ver lo que Alexis ha hecho con tu ‘Chateo’, te comprendo y te extraño. Esas caras de pocos amigos, esas lejanías con el periodismo eran porque algo no andaba bien. El Junior era un equipo serio contigo, Julito. Ahora cuando tu equipo pierde, Alexis ríe y evade la responsabilidad. Tú, en cambio, estarías emberracado, como lo estoy yo.

 

Te extraño, Julio.

 

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