España y la fábrica de laterales

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Hoy en día tener buenos laterales es tan importante como tener buenos delanteros o volantes. Los “defensores” por las bandas se han hecho fundamentales en el fútbol moderno, pero paradójicamente, sobre todo aquí en Suramérica, todavía sufrimos para formar laterales de élite. En España tienen el secreto y acá le contamos cuál es.

 

“En el fútbol ya todo está inventado”. Esta frase hace parte del repertorio lingüistico de una porción grande de entrenadores y formadores aquí en Colombia. Esta frase se repite a diario, sistemáticamente. Y es esta frase, con seguridad, una de las grandes responsables de muchos de nuestros estancamientos a nivel formativo y táctico. Si todo está inventado, ¿para qué innovar?

 

Pero la historia misma se ha encargado de demostrarnos que el fútbol no es estático, sino que, al contrario, es dinámico e inestable; que la aparición de nuevos contextos y necesidades condiciona la naturaleza del juego. El ejemplo más claro es la evolución del puesto del portero. La introducción de la regla de la devolución –que impide que un jugador pase deliberadamente la pelota a su guardameta y que este la coja con las manos– revolucionó una posición estancada hasta los años 90’s. Si todo hubiera estado inventado para entonces, los arqueros seguirían siendo “inútiles” con los pies y nunca se habría dado el surgimiento de muchos de los nuevos conceptos tácticos en la salida de balón.

 

…la aparición de nuevos contextos y necesidades condiciona la naturaleza del juego

 

Otro ejemplo muy claro –y la motivación principal de este escrito– es el ascendente protagonismo y los nuevos roles del lateral en el fútbol moderno. Este, aunque tal vez no tuvo un punto de inflexión tan claro como el caso anterior, es un fenómeno claro e indiscutible. La importancia de los laterales en los equipos referencia de los últimos años ha sido vital.

 

Por eso hoy, al hablar de buenos laterales hay que hablar de España, el país que se ha posicionado como la primera potencia en la producción de laterales de alto nivel. El segundo país –Alemania, Francia, Brasil o algún otro– está varios metros por detrás. Tanto zurdos como diestros, la cantidad de laterales españoles de primer nivel jugando en los mejores equipos del mundo es sorprendente. Y eso no es casualidad. Tampoco se explica por “una buena generación”. Hay mucho método y muchos procesos detrás de este fenómeno. El fútbol base español se ha convertido en un taller de orfebrería en la producción de laterales con cualidades técnico-tácticas sobresalientes.

 

Fabricar especialistas

Una de las casi infinitas virtudes del fútbol base español ha sido reconocer la importancia de los laterales y desarrollar métodos especializados para formar verdaderos especialistas en el puesto. Allí ya no basta con que un jugador pueda rendir de buena manera en el sistema defensivo de un equipo. Lo importante es que el lateral sea un especialista de la banda, en todas las situaciones del juego que implican tener la limitación de jugar permanentemente con doble marca (la del rival y la de la raya).

 

Ginés Meléndez, director de la escuela de entrenadores y coordinador de las categorías inferiores de la Real Federación Española de Fútbol revela uno de los secretos detrás de la prolifera cosecha de laterales de los últimos años. En el fútbol infantil solía jugarse 7 vs 7 y a inicios de los 90’s se tomó la decisión de incorporar un jugador más. Además, se redujo el tamaño de los campos (45m x 65m). Entonces, tanto la reducción del espacio como la adición de un nuevo jugador, supuso una redistribución de los jugadores en la cancha: del 3-2-1 se pasó al 3-3-1.

 

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El secreto viene de abajo, del fútbol base. Foto: Valencia

 

En palabras de Meléndez: “Con equipos de siete cada banda es para un chaval, y así muchas veces se favorecía a los más fuertes, que son los que pueden recorrer más veces los 65 metros. Si juegan ocho contra ocho, en cada banda hay dos niños y esto les obliga a asociarse más, a buscar el dos contra uno, y a tener más opciones de pase. Así se mejora la técnica y acaban prosperando los que mejor juegan antes que los más atléticos”. La explicación es muy interesante. Al ocupar un solo jugador la banda, el espacio y las situaciones de juego se prestan para que sobresalgan los más dotados físicamente y no necesariamente los que mejor juegan.

 

En este proceso, el fútbol base español ha podido elegir con pinzas a extremos o volantes abiertos, con grandes cualidades técnicas y ofensivas, para adaptarlos al lateral. Es bien sabido que varios de los laterales españoles que hoy brillan en el fútbol profesional fueron jugadores ofensivos en su etapa formativa (Jordi Alba, Juanfran, Gayà).

 

Paterna: un caso extraordinario

El puesto de lateral izquierdo es quizá el más escaso en el mundo del fútbol. Primero, por la dificultad de producir verdaderos especialistas en el puesto y segundo, por la estadística genética: hay muchos menos zurdos que diestros.

 

En ese sentido, Paterna, el centro de divisiones inferiores del Valencia C.F.es un caso atípico. Allá, los laterales izquierdos de primera crecen en los árboles. En la última década, el primero en figurar en la élite fue Jordi Alba. Después, su ida al Barça permitió la aparición de Juan Bernat, al que Guardiola se robó para su Bayern.

 

En Paterna se dice que la razón para dejar escapar a Bernat fue que de abajo venía uno mejor: José Luis Gayà, que actualemente es el lateral izquierdo del primer equipo y ya ha sido pretendido por los grandes. Y cuando Gayà se marche, ya habrá otra joya para reemplazarlo. Antonio Latorre tiene 18 años ya debutó con el primer equipo y es jugador de la selección española sub-19.

 

Cuchillos para la Selección

La más beneficiada de este boom ha sido la selección absoluta. En la Eurocopa del 2008, España fue campeona con Sergio Ramos y Joan Capdevilla en los laterales. El primero, central en sus inicios en el Sevilla y el segundo, cumplidor pero no extraordinario. Hoy, ocho años después, Lopetegui tiene a su disposición más de diez super-laterales para elegir. En el derecho, tiene a Sergi Roberto, Juanfran, Dani Carvajal, De Marcos, Bellerin, Mario Gaspar. En el izquierdo, Bernat, Jordi Alba, Azpilicueta, Monreal, Alberto Moreno, Sergio Escudero. Por nombrar algunos. Ninguna selección tiene tantas opciones.

 

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Alba hizo el 2-0 frente a Italia en la final de la Euro 2012. Foto: Vívelo Hoy

 

Potencia mundial

A la Roja le sobran, pero a muchas otras le faltan. Un ejemplo claro es el de una potencia como Argentina que lleva años jugando con cuatro centrales en la defensa. (Mercado, Funes Mori, Otamendi, Rojo), a falta de laterales de garantía. Emmanuel Mas de San Lorenzo es lo más sobresaliente que tiene el país en esta demarcación.

 

O nuestro caso. La Selección Colombia y la liga colombiana tampoco tienen laterales sobresalientes. Pékerman sufre y padece la poca oferta que tiene para ocupar el puesto. Ni Arias, ni Díaz, tampoco Medina o Fabbra son sobresalientes y su proceso en la selección no está siendo satisfactorio. En la liga local, las deficiencias de los laterales para centrar en velocidad y su dificultad para tomar decisiones acertadas en el último cuarto de cancha son alarmantes.

 

Si seguimos comparando a las mejores selecciones y ligas del mundo, ninguna estará cerca al nivel y a la abundancia de laterales de élite que tiene España. Los formadores y la Federación Colombiana de Fútbol deberían tomar nota, llevar entrenadores a España y traer metodologías, nuevos principios, ideas y procesos formativos. El caso español es único en el mundo. La escasez es evidente y exportar su modelo sería un acierto. ¿Por qué no? De ellos tanto heredamos y aprendimos, que aprender a fabricar laterales sería la mejor de las herencias.

 

Foto:

CNN


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