El Benzema colombiano

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Excéntrico y talentoso cómo el astro francés, así es Teo Gutiérrez. Nuestro Benzema.

 

En el Junior de Barranquilla y el Real Madrid hay un jugador que no ha conseguido ganarse del todo el favor de su hinchada. Tampoco el abrazo y la simpatía definitiva del periodismo crítico. Son jugadores especiales, díscolos, incomprendidos, geniales y generosos en su juego. Son el nueve-no-nueve, pues juegan de referencia entre los centrales, pero su lenguaje, su modus de vida es el pase y no el gol. Viven de distraer y desorganizar para que otros aumenten sus estadísticas. Eso son Karim Benzema y Teófilo Gutiérrez. Delanteros sensacionales (pero no para todos los paladares). ¿En qué se parecen?

 

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Irregulares

 

Al margen del entrenador, el tipo de compañeros y del contexto táctico que favorece o perjudica a estos jugadores en cada temporada, la irregularidad de Teo y Benzema la explica su espíritu de futbolistas, su esencia para entender y relacionarse con el juego.

 

Ni Teo ni Benzema le dan frutos a sus equipo con automatismos, ni llevando a cabo tareas mecánicas o movimientos bien aprendidos; su fuego y su valor está en lo espontáneo, en la genialidad del momento, en la decisión inesperada.  Es la chispa de la improvisación lo que nos enamora de su juego. Valen lo que valen porque el genio que llevan dentro responde sobre la marcha y desoye las instrucciones mecánicas. Son jugadores con alma de artistas.

 

Y entonces pasa que ser regular así, con esa sensibilidad, es más difícil. El artista es inconstante, frágil, inestable. Aparece de vez en cuando, pero cuando lo hace desata la locura y los fuegos artificiales.

 

Por eso son tan incomprendidos este tipo de cracks. Como le dijo el zorro al principito: “lo esencial es invisible para los ojos”.

 

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¿Delantero centro o mediapunta?

 

Teo y Benzema han instalado este bizantino debate en España y Colombia. “El delantero centro tiene que hacer muchos goles”, vociferan siempre sus críticos. Les piden sacos de goles a jugadores que no son especialistas en ese oficio, pero que, efectivamente, son delanteros centros. Benzema tiene 0,48 goles por partido en el Real Madrid, mientras Suárez 0,66. El francés es menos goleador pero desde su manera es igual de importante. Teo tiene un promedio muy parecido al de Benzema en su carrera: 0,42.

 

Son nueves pero piensan como mediapuntas. En teoría juegan entre los centrales, pero cuando la pelota está en movimiento, botan el manual a la caneca, entran y salen –anárquicos–, participan del juego, pivotean, van al medio a descansar, fijan centrales, arrastran marca… y si la jugada y la vida les deja un balón en gracia, chau, adiós, gol.

 

Los mejores amigos de los 9 netos

Por eso es que Cristiano Ronaldo lleva una década, feliz, jugando al lado de Karim. El francés es el que más asistencias (23) le ha dado a Cristiano desde que llegaron al Madrid. El luso sabe que a su juego no le conviene un nueve ‘egoista’ con el arco pintado en la frente. Benzema juega para él, le abre autopistas que el entrenador de turno y el equipo agradece. Teo igual. A Falcao lo potenció en la Selección entre 2014 y y 2018, hicieron una dupla magnífica que nos permitió ser cabeza de serie del mundial; en Central era el complemento ideal de Marco Ruben, un nueve más clásico; y Comesaña en este semestre eligió bajarlo unos metros para que jugara Luis Carlos Ruíz de referencia.

 

Foto: elcolombiano.com


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