Mou: contigo empezó todo

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El Madrid ganó con una actuación consagratoria su tercera Champions en cuatro años. Zidane, Cristiano y un grupo de fenómenos tienen a Europa a sus pies. Pero hubo alguien que le devolvió el hábito de competir a este club: Don José Mourinho.

 

Jorge Valdano, el sabio y elocuente exjugador del Real Madrid, describe a la Casa Blanca como una institución que vive en un permanente grado de insatisfacción; como un club en el que nada es suficiente y en el que la exigencia por ganar suele ser insoportable para algunos jugadores y entrenadores. El Madrid no espera a nadie, y es larga la lista de cadáveres que se han ido por el hoyo de la fuerte espiral de presión.

 

Es este estado el que explica en gran parte por qué es el club más ganador. En este momento, el Madrid vive su mejor momento en Europa desde el mítico equipo de Di Stéfano, Gento y Puskas. Florentino encontró al entrenador ideal para gestionar una plantilla excepcional. Zidane demostró pulso de cirujano para manejar los tiempos de la temporada, administró la energía física y sicológica del plantel para lograr convencer a 24 egos que halaran para un mismo lado.

 

Sin embargo, no se puede obviar que ‘Zizou’ se topó con una generación que viene siendo cultivada hace años. Cristiano, Marcelo, Ramos, Pepe, Varane, Carvajal, Modric, Benzema, Bale e Isco alzaron su tercera Champions juntos. La inercia competitiva de este grupo contagió a los demás. Pero esto no siempre fue así. El origen de este proceso ganador inició en junio del 2010. Veamos.

 

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Se terminaba la temporada 2009/10. Y aunque la generación dorada de España estaba a un mes de ganar el mundial, nunca antes en su historia el Real Madrid se había sentido tan miserable. Mientras el Barcelona de Guardiola se levantaba como la última gran revolución del fútbol moderno, el Real Madrid completaba ocho años sin pasar de octavos de final en Champions.

 

En tres años el Pepteam conquistó tres ligas consecutivas, ganó dos Champions y además demostró una superioridad exagerada sobre su eterno rival. El 2-6 en el Bernabéu en el 2009, el histórico 5-0 en el Camp Nou y la eliminación en semifinales de Champions fueron derrotas desgarradoras que masacraron el autoestima del Madrid. Pep hizo del Bernabéu el patio de su casa. La diferencia de potencial entre los dos era demasiado grande.

 

Aquella época fue una cruel pesadilla para el Madrid. Se sentía menos. Florentino para intentar revertir la situación tomó dos importantes decisiones. Primero desembolsó 250 millones para traer a Cristiano, Arbeloa, Xabi Alonso, Benzema, Albiol y Kaká en el verano de 2009; y un año después trajo a Mourinho para comandar el barco. Don José venía de eliminar al Barca en semifinales de Champions con el Inter y llegó como la última esperanza para acabar con el suplicio que el club estaba viviendo.

 

Muchos critican a Mourinho por no haber sido campeón de Europa con el Madrid. Pero en honor a la verdad hay que reconocer que le tocó bailar con la más fea. Cualquier técnico del mundo hubiera sufrido lo que no está escrito para competir con ese Barcelona. Y aunque no logró hacerse con la ‘Orejona’, Mourinho le devolvió al Madrid el ya olvidado hábito de competir, de sentirse capaz de volver a ganar. Mou le devolvió el autoestima a un club deprimido. Con sus armas le hizo creer a sus jugadores que ningún equipo es invencible, que podían revelarse y estar a la altura del Barca. José volvió a poner las cosas en su lugar.

 

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En el 2011 le ganó al Barca la final de la Copa del Rey. Aquel título supuso un desahogo. Un paso fundamental. Ese año el equipo superó el estigma de los cuartos de final y llegó a las semifinales de la Champions. En liga, consiguió un título memorable en 2012; batió el récord de puntos (100) y goles (121). Después de ocho años quedándose en octavos, en los tres años con Mou el Madrid estuvo siempre en semifinales de Europa.

 

Mou salió en el verano del 2013 del Madrid. Si bien se fue dejando un clima de tensión y una mala relación con los caciques de la plantilla, la sensación de crecimiento deportivo del club fue enorme. Marcelo, Ramos, Cristiano, Benzema, Modric y compañía jugaron esos tres años con el orgullo a prueba. Mourinho les mostró el camino, les enseñó que no podían ser menos que nadie. Ese fue su legado: una base de jugadores que le devolvió el hábito de competir al Madrid.

 

Don José, a la distancia, viendo el partido de Cardiff debió sonreír para adentro. Él y estos jugadores lo saben. Contigo, Mou, empezó todo.

 

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Foto: futbolred.com


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