Bélgica mostró menos de lo que la gente esperaba, pero fue contundente cuando quiso y fulminó 3-0 a Panamá.
Hacer difícil lo fácil
Bélgica se dedicó a desperdiciar oportunidades en la primera parte. Hizo difícil lo fácil. Tuvo siete tiros de esquina de los cuales solo mandó dos al área, en los otros inventó con laboratorios fallidos. Se les vio lentos y más preocupados por anotar con un baile que por llevarse los tres puntos: si la jugada pedía abrir, cerraban, si pedía rematar, regateaban. Aunque Panamá fue un equipo digno e incómodo, estuvo lejos de ser la Islandia que puso en jaque a Argentina. Si la cosa terminó 0-0 en los primeros 45 fue porque los belgas no quisieron meter segunda.
Tal vez se dejaron adormilar por la propuesta y el nombre del rival, pero jugando como jugaron en el primer tiempo no ganan ni la Copa Cafam.
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Hazard y compañía son efectividad pura
En la segunda parte, espabilaron y dieron muestras de lo que son capaces. Se pusieron serios y sus jugadores estrella no demoraron en resolver. Mertens primero, Lukaku por dos, después. Bélgica cambió la cara y, aunque siguió estando por debajo de lo que se esperaba, resolvió con efectividad. No fue necesario el juego vistoso, sino la mera presencia de Mertens, Hazard, De Bruyne y Lukaku para meter tres e irse tranquilos.
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Eso hay que reconocerlo. No pasemos por alto la contundencia. En una primera fecha llena de sorpresas, los belgas lograron solventar categóricamente el primer partido. El rival no fue el mejor, claro, pero Martínez y sus muchachos demostraron que necesitan poco para hacer mucho.
Panamá: digna, pero inocente
A diferencia de Arabia Saudita, Panamá supo ser valiente sin ignorar su inferioridad. Atacó con personalidad las veces que pudo, pero sin creerse el Barça de Guardiola. Siempre fueron conscientes de sus recursos, muy limitados, de por cierto. En los momentos más flojos del rival pudieron haberse puesto en ventaja y nunca bajaron los brazos, de hecho con el 3-0 en contra vimos sus mejores incursiones.
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Es una lástima que su nivel no sea comparable con su gallardía. Panamá tuvo toda la intención y mostró cosas, pero al final la cosa se cayó por su propio peso. Definitivamente, debutar en un Mundial es muy jodido.
Foto: FIFA