POEMA: LA EVIDENCIA

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Nada es ajeno al paso del tiempo. Alejandro Escorcia no es ninguna excepción y su fútbol menos. En estos versos el autor explora esas cosas que le hicieron darse cuenta de la mortalidad de su juego.

 

LA EVIDENCIA

 

mi lengua enredada en mis tobillos

el diseño del elástico que la pantaloneta le tatúa a mi cintura

la clásica ‘amarrada’ de tenis cada diez minutos

 

el morado que mañana tendrá el chino que me tiró el caño

el Di María gordo que juega a mi lado (yo soy el Pipa)

las putas pepitas negras dentro de las orejas tras la caída

 

la enorme brecha entre mi alta precisión y mi pobre cambio de ritmo

el aire de agrandados que respira el equipo contrario

la contradicción de estirar en la ducha mientras pienso tengo que bajar la cuenta del agua

 

las quejas por el horario de las 10pm

el sueño doloroso encima de mi escritorio después del horario de las 10pm

la creciente presencia de calvos en los partidos

 

todas estas cosas  son la evidencia  de que estoy envejeciendo

 

Foto:

RigurosaSubjetividad


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