Don José nos cerró la boca

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Una estrategia impecable de Pékerman y una puesta en escena sensacional de los jugadores le dieron a Colombia el tiquete a su sexto mundial.

 

Cuadrado y James con overol

En un principio la alineación nos desconcertó. Quitar un volante para enfrentar a cinco de mucha dinámica y buen pie se intuía temerario. Al estar Falcao y Zapata arriba, y Sánchez y Aguilar en el doble cinco, pensamos que no había otra que ordenarle a James y Cuadrado jugar abiertos para completar una línea de cuatro.

 

El partido arrancó y era inevitable no tener miedo por el poco talento defensivo de James y Cuadrado. Estos dos talentosos que viven acostumbrados a jugar y pensar en el arco contrario debían ser los escuderos de Arias y Fabra para contener la doble pareja en banda de Gareca. Carrillo debía bailar con James y Flores con Cuadrado. Que susto.

 

Pero James y Cuadrado estuvieron a la altura. Se vaciaron. Entregaron el 80% de su partido a la tarea defensiva. No fallaron. Arias y Fabra se sintieron arropados y cuando se pudo atacar se hizo con la determinación de siempre.

 

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Dávinson, el mariscal

En el planeta fútbol no debe haber más de tres centrales que hayan crecido tanto como Dávinson en los últimos dos años. Campeón de América con Nacional, sensacional temporada con el Ajax finalista de Europa League, el fichaje más caro de la historia del Tottenham e inamovible para Pochettino y Pékerman. Todo esto en 48 meses. Una locura.

 

Sin Yerri Mina y sin Cristian Zapata fue el mariscal de la defensa. Imponente, oportuno, rápido, con personalidad, infalible. Infalible. Secó a Paolo Guerrero, acertó en los fuera de lugar, estuvo atento en las segundas jugadas. Lo hizo todo. Si le venía una bala en la frente también la cabeceaba.

 

Si Yerri Mina recupera su mejor nivel, Pékerman podrá presentar en Rusia una pareja de centrales inmejorable.

 

10 puntos para Pékerman
Después del cierre nefasto contra Paraguay, todos nos asustamos cuando anunciaron la alineación contra Perú: 4-4-2 con la gran novedad de Duvan Zapata en punta. ¿Qué diablos hace este viejo? Levante la mano el que no dudó.

 

Bueno, alguito más que nosotros sabrá José Néstor. El plan le salió redondo. Sabía que Perú tenía que salir a proponer y le apostó a la fuerza, al aguante, al pivote excepcional de los dos hombres que escogió: Falcao y Zapata. Dos líneas de cuatro ordenadas y pacientes listas para jugar en largo con sus delanteros.

 

James y Cuadrado por las bandas fueron lo suficiente maduros para marcar con responsabilidad. Sánchez y Abel no se complicaron por adentro. Y entonces, Perú estuvo bajo control hasta el final. De no ser por ese tiro libre maldito que volvió a dejar en evidencia a Ospina, los tres puntos habrían sido nuestros.

 

¿El gol? Fácil. Cero elaboración, cero juego colectivo. Guerra en el área, cepillazo de Zapata y derechazo de James. Este viejo sabe lo que hace.

 

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