Ellos son lo peor del fútbol

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Los insultos racistas a Everton Luiz del Partizan de Belgrado, sus lágrimas sobre todo, nos recordaron que los hinchas racistas son lo peor que tiene el fútbol. Aquí está la prueba. 

 

El fútbol, el de verdad, no conoce de razas ni de credos. Los que han jugado, los que han jugado de verdad, saben que adentro todos son iguales. El que ha compartido  un vestuario sabe que el único color que importa es el de la camiseta que se lleva en el pecho. Lo que pasa es que en las tribunas, escondidos en el anonimato que brindan las grandes multitudes, se cuelan algunos que, con la excusa de alentar a un equipo (a cualquiera), manchan la pelota.

 

En Colombia, en España, en Italia, en todas partes y en todos los estadios. El racismo en las gradas es universal. Hay que denunciarlo y erradicarlo

 

Afición del Betis a un jugador propio

Fue un derby de Sevilla. Paulao, defensor del Betis, salió expulsado y su propia afición, muy solidaria, lo increpó con imitaciones y sonidos de micos. El jugador abandonó la cancha desecho y entre lágrimas. Es lindo porque la cara de los responsables es claramente reconocible en el video. Deberían estar vetados para siempre y de todos los estadios del mundo.

 

 

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La afición del Zaragoza a Eto’o

“No más, no más, no juego más”. Samuel se cansó de las onomatopeyas e imitaciones simiescas de algunos sectores de la Romareda (los racistas siempre son una minoría) y emprendió su camino a los vestuarios. El árbitro, sus compañeros, sobre todo Ronaldinho, y los jugadores del Zaragoza lo arroparon y lo convencieron de quedarse.

 

 

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Inusticia en la liga rusa

El jugador Emmanuel Frimpong reaccionó a los gritos simiescos de la afición del Spartak de Moscú (la falta de imaginación es irrisoria) y fue expulsado por el árbitro. Tras el partido, su propio club y la federación culparon al jugador y se estudió una sanción. Los racistas, en cambio, salieron impunes. El racismo en el fútbol ruso es alarmante.

 

 

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Boateng abandona la cancha

En un partido amistoso entre el Milan y el Pro Patria, de la cuarta división italiana, Kevin-Prince Boateng (hermano de Jerome) se cansó de los abusos racistas y lo mandó todo al diablo. Dejó la cancha entre los aplausos y la ovación de la gran mayoría de los aficionados. Como siempre, los malos son pocos. El árbitro, acertadamente, acabó el partido, medida que debería ser adoptada siempre que se presente una situación similar

 

 

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#TodosSomosMacacos

Un aficionado del Villarreal le lanzó un plátano a Dani Alves. Dani, irreverente como es, no tuvo problema, agradeció el gesto y se lo comió. El generoso socio fue identificado y se le vetó de por vida el ingreso al Madrigal. A raíz del incidente, Dani Alves y Neymar lideraron una campaña en contra del racismo en el fútbol.

 

Foto:

Marca

 


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