El Lukaku colombiano

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El uno juega en los Diablos Rojos de Inglaterra. El otro en los Diablos Rojos de Colombia. Si nos dicen que son primos nos lo creemos. 

 

Puede que al Pascual Guerrero le falten años de obras para llegarle a los tobillos a Old Trafford. Puede que Mou no tenga ni la más remota idea de quién es el ‘Polilla’ Da Silva. Y puede haya una gran diferencia entre la calidad de las asistencias de Pogba y Matic y las de Elkin Blanco. Pero nada nos saca de la cabeza que Cristian Martínez Borja es el Lukaku colombiano. Un luchador por naturaleza. Un atleta-futbolista con un lomo tan grande que le cabe un equipo de fútbol entero.

 

Así es Romelu Lukaku. Y así es Cristian Martínez Borja.

 

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Ser el faro del equipo

Borja es desde hace mucho el último toque del América. Es un nueve que para los laterales y extremos es un enorme faro al que el balón debe llegar. La insistencia de tirarle tantos centros descansa en la certeza de que siempre alguna le va a quedar, que en algún momento del partido su físico se impondrá. Así son los nueves de toda la vida. A un toque te solucionan la vida. ¿Cuántos goles así no ha hecho Romelu?

 

Un búfalo en el área

La sola presencia de Borja intimida a los rivales. Desde la transmisión podemos sentir el cosquilleo de los defensores cuando ven a Martínez Borja estirar. Se asustan al ver como sus cuádriceps casi que revientan sus licras y como su espalda se erige como una pared contra la que hay que pegarse durante 90 minutos. El nueve del América y el del Manchester United son los búfalos de sus ligas. Fortísimos e imponentes. Una pesadilla para marcar.

 

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Jugar mejor de espaldas

Solo por tener un físico portentoso, un delantero no tiene necesariamente un buen juego de espaldas. También se necesita inteligencia y agilidad mental, sentido para jugar a uno o dos toques y buenos movimientos. Todas cosas que tienen, ambos, el belga y el colombiano. Si logran controlar y jugar por delante de los centrales rivales, estos tienen que ser inteligentes porque si no es con una falta no hay manera de pararlos. Si el equipo no puede salir, con ellos el pelotazo siempre es una opción. Controlan, levantan la cabeza, temporizan, descargan y oxigenan a su equipo.

 

Goleadores

Muchos dijeron que 80 millones de euros por Lukaku era un despropósito. Imaginaban un nombre de mayor glamour para el proyecto Mourinho. Pero a Mou los apellidos por sí solos nunca le dijeron nada. El belga ha respondido: 18 goles en 34 partidos (,5 goles por partido). Martínez Borja tuvo peor promedio de gol el año pasado, pero todos hemos visto como un día sí y al otro también ha tenido que ganarse solo la vida. En un equipo que no generó nada, ahí están los números Cristian: 15 goles en 40 partidos.

 

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