Vivió el mejor momento de su carrera en la Liga de España y hoy es el consentido de Jorge Luis Bernal. Conózcalo y disfrute de la historia.
Si pensó que era Fredy Hinestroza, déjenos decirle que está equivocado. El mostro del que hablamos es Humberto Osorio Botello, conocido en el bajo mundo como ‘El Zorro’. Empezó a darle al baloncito a los trece años en los arenales de Valledupar. Rápidamente su afinidad y habilidad para tocar las redes del gol lo llevaron a Cali, al América. Allá perfeccionó su tiro demoledor de arqueros y ascendió por todas las categorías hasta llegar a la profesional.
El momento del debut le llegó el 22 de octubre de 2006. Ese día entró al Pascual Guerrero como un pelao normal, como un debutante cualquiera, y salió como una promesa de quilates. Como un diamante en bruto. El equipo a vencer fue el Tolima y el arquero a cazar Agustín Julio -¡vaya caballo!. Y, normal, le metió dos pepas y salvó las papas del América de Gerardo González Aquino. Aquel año lo cerró con 3 goles en 8 partidos. No fue lo que pintaba.
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En el segundo semestre del año, el América lo prestó a Venezuela, al Estudiante de Mérida. Jugó 11 partidos y celebró 3 goles. De nuevo, no cumplió la promesa. De ahí en adelante deambuló por toda Colombia. A Cali regresó dos veces, conoció Bucaramanga y vivió seis meses de su vida en Cúcuta. Jugó y jugó, nunca cuajó.
A raíz de eso, el representante le armó las maletas, le compró tiquetes y lo mandó en vuelo directo a Perú. Allá, por fin, la reventó y la recontrarrompió. Con el Ayacucho F.C hizo 15 goles en 24 partidos que lo llevaron a ser el fichaje rimbombante de Millonarios para el 2012. De azul, en tan solo 16 partidos ganó jerarquía, el amor de la hinchada y un boleto a la Liga Argentina. El recuerdo más feliz de ‘El Zorro’ Botello en Millos: su partido Levandoswkiano contra Santa Fe. Tres goles en 15 minutos. De 4-0 a 4-3.
Sin él no había remontada
En Argentina jugó un año en San Martín de San Juan y allá vivió la gloria en carne viva. Ni más ni menos, el segundo mejor momento de su carrera. Una tarde de fútbol cualquiera ‘El Zorro’ le metió tres pepas a Boca Juniors, se llevó el balón a la casa y se ganó un lugar en la historia de San Juan.
«¡Fenómeno!, Osorio es un fenómeno!», gritaron inmediatamente en Valladolid. Las directivas hicieron sus llamadas y lo compraron pensando en que habían logrado el fichaje del siglo. Y no. A pesar de llegar con un promedio de gol cada dos partidos, Osorio la pasó mal. Solo lo aguantaron un año. Las lesiones y el bajo nivel lo devolvieron en menos de nada a Latinoamérica. Pero no sin antes ganarle un tiro de esquina a Sami Khedira y mandar al segundo puesto de la Liga al Real Madrid.
En el Bernabéu lo odian
Después del sueño, Osorio despertó en México, donde le llegaron las pesadillas más terroríficas. En Dorados de Sinaloa le jodieron la rodilla y de eso jamás se recuperó. Duró meses sin jugar hasta que lo rescató el Tijuana F.C. Pero nada. La maldita rodilla no lo dejó. En el 2016 volvió a Argentina, a Defensa y Justicia, impulsado por el recuerdo de lo que fue y la rodilla, nuevamente, le susurró al oído la palabra retiro. Ese mismo año de Santa Fe le tiraron un salvavidas. ¿Qué ganó vestido de rojo? La prestigiosa Suruga Bank. No más que eso.
Hoy está en Rionegro Águilas y es él maestro de casi todos los pelaos. Su materia: cómo quedar en el recuerdo de la gente.
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Okdiario