Para hacer fácil lo de difícil, y para que usted pueda entender por qué Paolo Guerrero sí va a jugar en Rusia, se lo escupimos masticadito.
¿Qué pasó?
En octubre del año pasado, Guerrero fue elegido al azar por la FIFA para el control antidopaje luego del partido entre Perú y Argentina por eliminatorias. Dos meses después, el 7 de diciembre, la Comisión Disciplinaria de la FIFA informó un positivo por benzoilecgonin, el principal metabolito de la cocaína y una sustancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), específicamente en la categoría de los estimulantes.
Por incumplir la normativa de la FIFA que prohíbe tajantemente el dopaje, al gran Paolo Guerrero se le impuso inmediatamente una sanción por un año… Sus abogados, como hubiera hecho cualquier dummie, fueron derecho al Comité de Apelaciones de la FIFA.
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El Comité de Apelaciones
La defensa apeló argumentando que la presencia de dicha sustancia era producto de un error: una infusión de anís con mate de coca que Paolo había tomado en el hotel Swissotel de Lima, todo por culpa de un mesero. El Comité de Apelaciones tuvo en cuenta el grado de culpa del jugador y redujo la sanción a seis meses.
Sin embargo, Guerrero y la Agencia Mundial Antidopaje, ambos, apelaron la decisión ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS, por las siglas en francés). Se ha dicho que Paolo se pegó un tiro en el pie al apelar esta decisión y que de no haber sido así, su Mundial nunca se habría puesto en riesgo. Todo falso. La AMA, que por los escándalos de los últimos años está más rigurosa que nunca, habría apelado sí o sí y muy seguramente la sanción habría aumentado más de lo que lo hizo.
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El TAS
El Tribunal de Arbitraje Deportivo es un tribunal de arbitraje ubicado en Lausana, Suiza. Los tribunales de arbitraje son órganos a los que acuden las personas (naturales o jurídicas) para resolver un conflicto. En particular, el TAS se encarga de resolver apelaciones frente a decisiones de federaciones o asociaciones deportivas cuyos estatutos, como es el caso del Comité de Apelaciones de la FIFA, le dan dicha competencia.
Para el caso Paolo el TAS revisó el asunto y a mediados de mayo de este año sacó un comunicado en el que informaba que, si bien la culpa o negligencia del jugador podía ser insignificante, este pudo haber tomado medidas que evitaran la violación del reglamento antidopaje (el comunicado no especifica qué medidas pudieron haberse tomado); y que para tales casos la sanción debía ser de entre uno y dos años. Por tanto, la sanción aumentó de seis a catorce meses y su cumplimiento debía ser inmediato.
Adiós, Paolo, adiós, Mundial… ¿O no?
Pues No. Los abogados todavía tenían un as bajo la manga: acudir al Tribunal Federal Supremo de Suiza.
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Tribunal Federal Supremo de Suiza
Como su nombre lo dice, este es la entidad encargada de velar por la correcta aplicación de la ley en Suiza. Entonces, como el TAS se encuentra en ese país, el Tribunal Federal Supremo de Suiza tiene la facultad de revisar, anular y decretar medidas cautelares sobre los laudos arbitrales expedidos por esta entidad.
Ante esto —a sabiendas de que una revisión del Tribunal Federal Suizo tardaría más de tres meses— lo que hizo la defensa de Guerrero fue apelar a una vulneración al debido proceso, a una sanción excesiva y a que la decisión no contaba con la suficiente motivación para solicitar la suspensión del cumplimiento de la sanción.
Para fortuna de todos futboleros, el Tribunal Suizo tuvo en cuenta la petición y suspendió la sanción. Ni el TAS ni la AMA se opusieron. Todos coinciden en que no hubo dolo del jugador y habrán reconocido que el perjuicio de perderse el Mundial era excesivo. Entonces, a pesar de estar suspendido, podrá jugar el Mundial y luego, en caso de que los suizos consideren que la sanción sí va a lugar, Paolo podrá ejercer su derecho a la defensa ante este mismo tribunal.
Conclusión: Estamos felices y los abogados de Paolo son la leche.
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