Los subestimados

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Tres jugadores subestimados que nos duelen. ¿Cuáles son los suyos?

 

Ander Herrera:

Ander es un mediocentro de catálogo. En el doble cinco de Mourinho se ha hecho pieza fija y ahora pone el acento y el tempo del Manchester en la mitad. ¿Por qué?

 

Porque su configuración es milagrosa. Es un jugador que detrás de su portento, o más bien, antes de su portento (182 cm), esconde a un malabarista. Y entonces, tras tres años en la atlética Premier League, ha terminado de fundir su cerebralidad con una inteligencia posicional y una intuición para recuperar que lo hacen un box to box inigualable.

 

Hoy es el primer pase de Mourinho, su juego interior nos transporta a Paul Scholes y su juego largo nos remite a Xabi Alonso. Con su dinámica eléctrica con el balón, cuando rompe líneas, en el última cuarto, nos recuerda a todos que en sus inicios (en el Zaragoza) se destapó como enganche. En el área, elegido, va una velocidad adelante. Todos hablan de Kanté. Yo me la pienso dos veces. Y me quedo con Ander.

 

Ander
Para que Mourinho le crea a un español…

 

Disfrute de: ¿No que éramos un país de arqueros?

 

Khedira

Khedira, querámoslo o no, salió del Real Madrid como si no hubiera dado la talla y llegó como jugador libre (!) a la Juventus. Pero como en Hablaelbalón tomamos pastillas para la memoria, nos resistimos a olvidar que a Ancelotti, en 2011 y por final de Champions contra el Atlético, no le importó un carajo que Sami viniera de una lesión y que acumulara menos de dos partidos completos en la temporada. Con él de titular alzó la décima.

 

Esto se explica porque a los 30 años Khedira juega desde el conocimiento cabal del juego. Su caso es paradigmático entre los jugadores mundanos que se cuelgan de la élite: no es un superdotado, no hace parar de la silla, pero invisible, silencioso, aporta todo lo que necesita el entrenador. Defensivamente es 10 puntos: en el uno contra uno, en el juego aéreo y en las coberturas (por eso le agradecen Luka Modric, Toni Kroos y ahora Pjanic).

 

Y en modo ataque, de su disfraz de jugador limitado, de su casco de obrero, deja salir a un volante mixto incomodísimo, incombustible, que se propone terminar la jugada. No es goleador, no, pero siempre busca estar. Sabe tirarse a las bandas, atacar el área y su media distancia es un dolor de cabeza para el rival. El alemán es de esos casos raros que hacen pensar que su equipo juega con 12.

 

Khedira
Silencioso, es el eje de la Juve semifinalista de Champions.

Sabemos que le gusta: El equipo eterno de la Juve 2002-2003

 

Giroud

Giroud es otro damnificado más del romance roto que es el Arsenal. No faltan los inquisidores que lo señalan como uno de los responsables de la debacle londinense. Se equivocan. El francés es un delantero con todas las letras. Veamos.

 

Su juego aéreo está entre los mejores de Europa, son escasos los animales de área que usen la cabeza tan bien para asistir (y claro, hace goles) como él. Para ser delantero de élite hay que deslumbrar técnicamente, punto.Y Giroud, no se dejen engañar, deslumbra. Su 1,92 m de altura no le impide ser un abanico de posibilidades en el área, tanto para pivotear como para  definir (su gol de escorpión, sus elegantes y constantes asistencia de tacón no son artificios; es técnicamente especial).

 

El uno a uno no es su fuerte, es lento con el balón en los pies, por eso los niños no piden su camiseta, pero su intuición asociativa en el último cuarto es lo que uno le pide a un número 9. Cuando se tira atrás, entrando al área, es un auténtico playmaker. Y cuando, sordo, no piensa sino en él, tiene una pierna izquierda afilada y potente. Oliver es un groso delantero centro. Un groso subestimado.

 

Oliver
Oliver va a cumplir cien goles con el Arsenal ¿Un cualquiera?

 

Termine su lectura con : El atentado que el fútbol ignoró. 

 

Foto

a.fssta.


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