La revancha que buscan Cambiasso y Pékerman en Rusia

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Una vez, hace 12 años, José Néstor decidió meter a Cambiasso y entonces el mundo se le vino al suelo… 

 

El fútbol es lindo. Te quita y te da. Te abre heridas que parecen incurables, cicatrices eternas que sin embargo se curan, cierran, cauterizan.

 

Esa es la historia –una de las historias– de Cambiasso con Pékerman: hace 12 años, en el Mundial de Alemania (y contra Alemania), cuando juntos defendían a la siempre polémica Selección Argentina, el mundo se les hizo infierno cuando para cerrar el 0-1 a favor que lo ponía en semifinales José metió a Cambiasso por Riquelme; hoy, después de muchas vueltas, comparten cuerpo técnico en la Selección Colombia y llevan en la espalda a un país que  –excepto los patrioteros bobos y ciegos de siempre–  se les entrega en cuerpo y alma.  

 

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El partido nefasto tuvo lugar el viernes 30 de Junio de 2006, en el estadio Olímpico de Berlín. Argentina, primero en su grupo, llegó a cuartos excitado por el golazo de Maxi Rodríguez contra México. Y además, era un equipo lírico, de nombres hermosos, que daban ganas de componer un poema: Ayala, Sorín, Mascherano, Tévez, Román, Crespo… y  Saviola y Messi y Pablito Aimar. 

 

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Alemania, también primero de su grupo, llegó a cuartos después de ganarle sin problema a la Suecia de Zlatan, Larsson y Ljungberg. El equipo de Klinsmann –¡cuándo no!– era jerarquía y fortaleza en pasta: Ballack, Klose, Frings, Mertesacker, Lahm, el mejor Podolski…

 

Al 49, después de un envío envenenado de Román, con un sostenido perfecto y desde la cima del mundo, el Ratón Ayala puso el 0-1. Luego siguió el nervio, la lluvia de pelotazos alemanes y la expectativa orgullosa, tan Argentina, de someter a los locales en el jardín de su casa… Y un choque de Abondanzieri con Klose que obligó el cambio del Pato por el debutante y tembloroso Leo Franco; y la convicción momentánea que se le vino a la mente a José: Cambiasso por Riquelme para atenuar el bombardero enemigo y controlar el partido. 

 

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Pero pasó que con el Cuchu en cancha nada fue diferente y el imperio alemán fue tejiendo los caminos al gol, golpe por golpe, hasta que al minuto 79 después de una jugada robótica, llegó el 1-1. Sin Riquelme y con Cambiasso, Argentina no tuvo un conductor y en el tiempo extra fue un equipo sin batuta, entregado al aguante y al coraje. Además, el abuelo querido, en su último cambio metió a Cruz por Crespo y dejó sin jugar a un tal Lio Messi. Los 120 minutos se fueron en tablas. 

 

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En los penaltis, al hoy encargado de mejorar el juego del mediocampo de la Selección Colombia, le tocó patear el cuarto. Como los alemanes, implacables, no marraron ninguno, El Cuchu no podía fallar. ¿Qué pasó? Usted ya lo sabe, como lo saben cada uno de los argentinos que no le perdonan a Pékerman  haberlo metido por Riquelme. Lo dicho: heridas abiertas que, en Rusia, Dios mediante, terminarán de cerrar. ¡Bienvenido al barco, Cuchu!

 

 

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Foto:

Futbolete


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