El final, con hinchas invadiendo la cancha, fue bochornoso. El América, sin embargo, sigue sumido en el sueño del ascenso. Ganó a domicilio y es líder del cuadrangular B a falta de dos fechas.
América eliminó al Cartagena y los hinchas se metieron al campo. Injustificable y penoso que sigan pasando esta clase de cosas en los estadios del país. Irrespetuoso para los jugadores, para los aficionados decentes y para el fútbol, que necesita de sanciones duras para que escenarios como estos no se vuelvan a repetir.
El diablo está contento. América de Cali jugó un partido inteligente, pausado y fresco, e hizo ver mal al rival. Hernán Torres repitió la misma nómina del partido anterior y empieza a aferrarse a su fórmula. El Real Cartagena, por su lado, entró al partido entusiasmado por el resultado en Popayán, consciente de que estaba vivo pero que necesitaba mostrar su mejor cara para poder seguir soñando con el ascenso. Pero su mejor cara nunca apareció y tendrán que esperar otro año para intentar volver a tocar el cielo.
(¿Le interesa la Selección Colombia? Entonces lea Selección Colombia: más resultados que juego)
Los primeros minutos fueron desordenados. Ambos equipos, incómodos, se destacaron por entregar mal la pelota. América dominaba el balón y al Cartagena, con la necesidad a cuestas, parecía asustarle el partido. El local pedía a gritos la aparición de Luis Fernando Mosquera o de Fernando Cárdenas, antaño jugadores exquisitos, pero que hoy no estuvieron y explicaron porque juegan en la B. Ni precisos en los pases, ni atrevidos para filtrar balones o probar de media distancia, ni ambiciosos para pisar el área rival. Con sus creativos apagados, lo del Real Cartagena fue muy flojo.
Y el América hizo bien su trabajo, dejó correr el tiempo con el balón en los pies, aprovechó las bandas y llenó de balones a sus delanteros. Además -lo más importante- es que fue eficaz. Como en el partido pasado, la banda derecha fue su banda feliz. Juan Camilo y Brayan Ángulo hicieron el tándem que no dejó en paz al Real Cartagena.
¿Hincha del América de Cali? Le va a a gustar América de Cali ¡Basta ya!
Cuando el primer tiempo se despedía y el marcador se mantenía en silencio, tras un saque de banda, Jonny Mosquera – de buen trabajo en la mitad de la cancha- se asoció con Lucumí, que desbordó y encontró al viejo zorro, al hombre de mayor jerarquía con el que cuenta este equipo: centro por el piso al ‘Tecla’ Farías y chau, sáquelo de adentro, maestro. El camino hacia los túneles para el entretiempo fue dulce, con el América dándose golpes en el pecho.
Los segundos 45 minutos no fueron muy diferentes. Si bien el Cartagena salió con más ganas, al final sólo fueron eso, ganas. Fútbol nunca hubo y el local no logró tejer ni una opción clara de gol (!) El ‘torito´ Arzuaga, huérfano, sucumbió ante la correcta y férrea marca de los centrales americanos. El equipo rojo mantuvo la calma y la inteligencia para llevar un partido que en el papel se mostraba difícil. El segundo gol llegó por obra y arte de Jeison Lucumí, que al igual que en la fecha pasada, volvió a ser un pico alto del equipo.
Con dos goles de ventaja, Torres no tuvo problema en enfriar el partido en la bochornosa ciudad de Cartagena. Metió a Jonathan Álvarez para darle más control al partido y buscar superioridad numérica en la mitad de la cancha. Cartagena, como el ahogado antes de hundirse, con Echeverry en cancha, mostró su mejor cara, se adueñó del balón e inclinó la cancha. Pero ya era tarde, su suerte estaba echada.
Al final, otra vez (maldita sea), el partido se acabó porque delincuentes disfrazados de hinchas invadieron el campo para increpar a sus jugadores. Cartagena se despertó del sueño del ascenso y ya piensa en el otro año… Mientras que los diablos siguen sumidos, profundos, soñando con ascender. Les quedan dos noches más.
(si disfruta de las Eliminatorias lea entonces Paolo: El camino del guerrero.)
Foto: futbolred.com