La historia y los números nos dicen que ganar en Quito no es imposible, pero casi. Si quiere ir a Rusia, Colombia está obligada a hacer historia.
En diciembre de 1960 Ecuador debutó en las eliminatorias mundialistas rumbo a Chile 62. Era una época en la que la brecha entre los grandes y los chicos del continente era enorme. Para entonces Ecuador era un chico y su primer partido de local fue un viacrucis. En el minuto 76’ ya perdía 0-6 ante Argentina y aunque el partido terminó 3-6, la humillación fue imposible de maquillar.
Cincuenta y siete años después, las cosas han cambiado. De hecho, esa derrota sigue siendo la mayor goleada que jamás recibieron en casa los ecuatorianos por una eliminatoria suramericana. La segunda fue el 0-3 que le endosaron Neymar y Gabriel Jesús en la presente eliminatoria, y esta tan solo fue la undécima vez que perdieron en casa (y la primera vez que lo hicieron ante Brasil). La verdad es que hoy, en el año 2017, ganarle a Ecuador en Quito cuesta sangre.
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La decisión de convertir el Estadio Atahualpa de Quito en la casa exclusiva de la selección fue un punto de inflexión. La importancia de este terreno es tal, que en las últimas seis eliminatorias, incluida la actual, solo se registran cinco derrotas en 49 partidos. Además, en dos de esas seis campañas (Alemania 2006 y Brasil 2014) el conjunto ecuatoriano ha terminado invicto. ¡Solo Brasil, con tres invictos, y Argentina, con cuatro, tienen un mejor récord histórico en el continente!
Aparte de apoyarse en la altura de su estadio, cuando juega de local, Ecuador evidencia un rendimiento considerablemente más alto que cuando lo hace de visitante. En lo que va de la eliminatoria (13 fechas), Ecuador ha mantenido la posesión del balón en un 55% cuando juega en casa y en un 47% cuando lo hace por fuera. En promedio genera el doble de ocasiones de gol en el Atahualpa (20) que en otros estadios y además, permite menos acercamientos a su propio arco. En casa, el arquero ecuatoriano hace un promedio de tres atajadas, afuera tiene que intervenir por lo menos cinco veces. En el Atahualpa todo es a otro precio. Ecuador no se permite perder en casa.
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Por su parte, Colombia no gana allá desde 1996, cuando un gol de Faustino Asprilla le dio el triunfo 0-1. Las otras dos ocasiones en las que le ganamos en Ecuador fueron en la Copa América del 75′ y en la del 93′. La cosa es tan grave que el último gol que marcamos en Quito fue en una derrota 2-1 en 2004. Desde entonces obtuvimos un empate a cero y una derrota 1-0.
La visita a Ecuador es sin duda la salida más exigente que nos queda. En esta instancia, en la que Colombia se regocija de estar en zona de clasificación, es fundamental no perder en Quito. Teniendo en cuenta que entre el segundo y el sexto lugar hay una diferencia de tres puntos, una victoria ecuatoriana, junto con resultados adversos en otros estadios, nos podría dejar por fuera. El empate nos garantiza la zona de repechaje y solo una victoria nos mantendría donde estamos, de cuartos y adentro. Este partido será un punto de inflexión que marcará la recta final de la eliminatoria y decidirá si llegamos al segundo semestre del año con confianza y con medio pie en Rusia o haciendo cuentas y rezando por resultados ajenos.
Así las cosas, el próximo martes Colombia está obligada a hacer historia…
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