¡Arrancó la Champions! En Italia, Sampaoli planteó un partido empantanado y raspó un valioso punto del Juventus Stadium. Los italianos lo intentaron hasta el final, pero no lograron romper la red del Sevilla. Un 0-0 divertido para los amantes de la táctica.
En la figura del local no hubo sorpresas. La Juve mantuvo su –ya clásico– 3-5-2. Atrás estuvieron los de siempre, Barzagli, Bonucci y Chiellini. En el medio campo, Lemina de cabeza de área; Khedira y Asamoah jugaron de interiores; los carrileros fueron Evra y Alves; en punta estuvo Higuaín y un poco más retrasado, de enlace, jugó la ‘Joya’ Dybala.
Sampaoli desde el inicio, y hasta el final, quiso arañar aunque fuera un punto en Turin. El 4-3-3, en el papel, parecía un planteamiento ofensivo. Sin embargo, Sanabria y Vitolo jugaron el primer tiempo de falsos extremos, con la orden de completar una línea de cinco volantes cuando el equipo se defendía. El 4-3-3 se convertía entonces en un 4-5-1. Los españoles apostaron por neutralizar las escapadas de Alves y Evra, armas fundamentales en el juego ofensivo de la Juve.
El exceso de jugadores en la mitad hizo que el primer tiempo fuera pantanoso, la pelota llegó en contadas ocasiones a las áreas. Las únicas opciones de gol fueron dos para la Juventus y surgieron tras errores sevillistas en la salida. En ambos casos el balón le quedó a Khedira, quien no supo concretar. Es bien sabido que la definición no es la principal característica del alemán.
Más allá de los errores puntuales, la apuesta le salió redonda a Sampaoli. Sanabria y Vitolo completaron siempre la línea de cinco en la mitad, impidiendo así que la Juve, con sus carrileros, pudiera hacer superioridad numérica por las bandas. Escudero, por izquierda, y Mercado, por derecha, fueron los laterales y tuvieron un correctísimo primer tiempo. Por adentro, Kranevitter, Iborra y N’zonzi jugaron mano a mano con Khedira, Asamoah y Dybala. La Juve no pudo hacer daño y extrañó la presencia de un volante de armado que se pudiera asociar con la ‘Joya’ e Higuaín.
Pero el Sevilla pagó un precio alto por blindar las bandas: el ataque quedó reducido a cero. Cuando Sanabria y Vitolo se replegaban, el ‘Mudo’ Vázquez quedaba como la única referencia en punta. Sin delanteros para recibir por delante de Vázquez, la transición ofensiva era una quimera. El primer tiempo se fue sin emociones. Buffón ni la tocó
Para la segunda parte el Sevilla modificó su dibujo. Pasó a un 4-3-1-2 y sumó hombres arriba para intentar mantener el balón más lejos del área de Rico. La vigilancia extrema a los carrileros se acabó y esto le dio libertades ofensivas a Alves, que en el minuto 58’ se soltó por primera vez. Dani centró e Higuaín apareció para cabecear al travesaño.
El Sevilla, aunque pasando más angustias que en el primer tiempo, seguía jugando un partido cómodo. Sin proponer mucho en ataque y manteniéndose férreo en la mitad, estaba dispuesto a matar los minutos y llevarse un empate. Al minuto 78’, tras el ingreso de Mariano, Sampaoli se valió de la polivalencia de Iborra y Vitolo para plantar dos líneas de cuatro y cerrar así el partido. Iborra se metió en el doble cinco con N’Zonzi, Vitolo se tiró por izquierda, Mariano por derecha y arriba se mantuvieron el ‘Mudo’ y el ingresado Joaquín Correa.
Los últimos quince se vio a una Juventus agresiva, apostándole al empuje más que a la elaboración. Los ingresos de Pjanic, Alex Sandro y Pjaca le dieron volumen de juego ofensivo y elaboración interior. Desde la derecha, con las subidas de Dani Alves se vio lo mejor de la Juve. En los últimos minutos, ya en tiempo suplementario, el arquero Rico nos regaló una atajada de antología que nos paró de la silla.
Al final, con el pitazo, Sampaoli celebró. Debut dulce en Champions para el DT argentino.
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