Estas son las 3 claves detrás de la derrota de Millos en Venezuela contra Deportivo Lara que lo tiene casi afuera de la Copa Libertadores.
Un primer tiempo para el olvido
La tarea de Millos en Venezuela era clara y sencilla. Planteando un partido sin arriesgar de más, Russo podía buscar ganarle al mismo equipo que goleó y dominó la semana pasada en el Campín sin tener que complicarse la vida. Quizás por eso, porque tenía claro cuáles eran las debilidades de Deportivo Lara, paró el mismo equipo que le ganó 3-0; a excepción de Salazar que reemplazó a Huérfano.
Pero una vez rodó el balón la cosa fue totalmente distinta. Del pobre equipo que visitó Bogotá la semana pasada no quedó ni el aroma. Al contrario, los venezolanos salieron a embestir a un Millonarios que, confundido e impreciso, no fue capaz de encontrarse a sí mismo. Nunca. Al minuto 10, después de un saque de banda y un despiste de De Los Santos y Duque, Millos se comió el primero. Después del gol, el tren empezó a caer en picada. No conectaron tres pases seguidos; Duque y el Caracho, presos del nerviosísimo, repartieron patadas a diestra y siniestra; Ayron no fue capaz de pivotear como siempre y Quiñones… bueno Quiñones vivió con la cabeza clavada contra el pasto y no pudo acertar un solo centro. Ni uno solo.
Cuando no se podía jugar peor, después de un saque de banda –otra saque de banda, seguro Russo quiso prenderle fuego al mundo– Ramírez el 10 del Lara se desplomó en el área y el arbitro pitó penal. Gol. 2-0 y un rumor a zandunga gigante. Sin duda alguna fueron los peores 45 minutos que ha jugado Millonarios en los últimos 8 meses.
Le puede interesar: El Salah colombiano
Deportivo Lara: Creerse el cuento
El equipo venezolano demostró que fue capaz de enterrar 80 metros bajo tierra lo que pasó apenas hace siete días. En vez de salir a especular, con actitud temerosa, buscando no volver a encajar 3, el Lara se plantó de forma valiente y, desde el vamos, se creyó el cuento.
Se olvidaron de que son un equipo chico y que comparten grupo con tres grandes del continente: y más bien se enfocaron en que están jugando la Copa Libertadores, el escenario ideal para tumbar gigantes.
El chiquitín Pedro Ramírez y el colombiano Carlos Sierra (autor de ambos goles), hicieron realidad lo que dicen los inmigrantes por estos días y transformaron el suelo venezolano en un autentico infierno para Millonarios.
Igual que contra Independiente, Deportivo Lara se adueñó de su casa y supo potenciarse desde la localía. Tienen claro que más allá de cualquier cosa, ganar de local es clave en la Libertadores.
Seguro le gusta: Klopp siempre supo que Salah era mejor que Coutinho
Esta vez el efecto Russo no fue suficiente
Es claro que Miguel Ángel zarandeó a sus jugadores en el entretiempo, pues además del cambio nominal y estructural con la entrada de Carlos López por Capacito Domínguez, también hubo un sacudón actitudinal.
Con Duque como único mediocentro y con López y Ayron rotándose la punta, Millos salió a darle la vuelta al partido (sabiendo que la ambición le daría espacios al desatado equipo local, que lo perdonó más de una vez), y se fue convenciendo de a poco que la cosa podía cambiar…
Quizás lo que más le duele a la hinchada azul de la derrota es eso. Que había con que para ganar el partido. Que en el papel y en el césped Millonarios es más que Lara. La muestra está en los primeros 30 minutos del segundo tiempo, cuando salieron a buscar el gol y lo encontraron por medio del penal que metió Ayron.
Pero después del 2-1 y ya en el modo “cómo sea”, Millonarios se quedó sin piernas. Sin piernas y sin sangre fresca que desde el banquillo pudiera refrescar. Que Ovelar no haya siquiera calentado quiere decir que sigue jodido. Y que después de él no haya otro jugador quiere decir que la plantilla, como estaba previsto, se quedó corta para competir este semestre.
Pasar a octavos será una hazaña.
¡No se vaya todavía! Lea: Real Madrid vs. Bayern: el clásico más caliente de Europa
Foto:
Antena 2