Por esto Millonarios es semifinalista. Lo espera, ni más ni menos, que Nacional.
Dupla Ayron – Riascos…. Y Maxi.
Después del partido en Bucaramanga escribimos que Russo tenía un dilema interesante para la vuelta: o Riascos o Ayron del Valle. Pues Miguel Ángel, después de rascarse la cabeza, se decantó por incluirlos a ambos. La apuesta le funcionó.
Le funcionó porque, definitivamente, prescindir de Ayron del Valle es un error. Es un nueve cabal, que llena de posibilidades el ataque de Millos. Es fuerte y bravo en el juego aéreo, inteligente para ser él el tiempista en el último cuarto y, como punta de lanza, se siente más cómodo que Riascos. Y le funcionó porque Riascos, enchufado, encaja perfecto en el rol que hoy tuvo en el partido: ayudar en defensa completando la línea de 5 que Ruso quiere para su equipo cuando no tiene el balón, y en ataque, con libertad, tirarse a las bandas, romper como segundo delantero junto a Del Valle, o romper con conducción en velocidad.
¿Cerrado el dilema? No. Millonarios hoy mandó en el partido desde el vamos hasta el minuto 94, no sufrió, hizo respetar su condición de favorito. Sin embargo, no se puede olvidar que antes del primer gol de Cadavid, en el minuto 41, le faltó imaginación y no supo cómo perforar la última línea del Bucaramanga. Aunque Kouffaty no convence a nadie, Millos, con Riascos y Del Valle en punta, pide a gritos un filtrador, Henry Rojas salió roto… ¿Veremos un clasíco 4-4-2 con Maxi, Mosquera, Riascos y Ayron? ¿Volverá Quiñones?
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De atrás para adelante.
Millos no tiene el poder en ataque de Nacional, eso lo sabemos todos. Sin embargo, llegar tan bien en defensa como llega a la semifinal es una noticia que permite soñar. Cadavid, con el importantísimo gol de hoy, termina el semestre entregando el mejor nivel al que puede llegar. Pedro Franco hoy volvió a verse imperial, acertado en el primer pase, prolijo cuando va al piso, líder, es el Franco que todos eperábamos. Palacios y Deiver Machado terminan como laterales a la altura de Millonarios. Son dos pulmones claves para este equipo, encaradores, desequilibrantes, inteligentes.
Esta defensa es la mejor de Millonarios en años. Hoy, con el equipo empantanado, Cadavid fue la llave del gol (y de la clasificación). Enfrentar a Nacional, y soñar con poder hacerle frente, solo es posible si el equipo llega defensivamente sólido. Como Millonarios. De atrás para adelante, se puede creer el cuento, con estos cuatro en este nivel puede colgar el letrero “No hay qué temer”.
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Perder así es perder dos veces.
Hay que decir que los dos goles en minutos de adición en el primer tiempo, literalmente, fulminaron al Bucaramanga, lo rompieron por dentro, le apagaron el sueño. Además hay que decir que al visitante le falto ambición. Se aferró demasiado a su papel de equipo sorpresa que vendría a Bogotá a llenar de ansiedad a Millonarios, a empantanarle el juego, a ponerle el reloj en contra. Pero no se atrevió a herirlo, a ponerlo en aprietos, como demostró que estaba en capacidad de hacerlo en la ida en Bucaramanga. Perder por no arriesgar es perder dos veces.
El Pecoso saca petroleo de muy poco, hace hombres a los pelados, logra siempre equipos solidarios. Hoy no tenía nada que perder y mucho que ganar. Tendría que haber jugado sin tanto cálculo.