Esta es la cara más cruel del fútbol: cuando se ensaña contra jugadores excepcionales, buenos tipos, y no los deja en paz.
Jackson.
Es triste la historia de Jackson. De ser un 9 de área referente en Europa, que avisó estar siguiendo el camino de Falcao –tres veces goleador de Portugal con el Porto, traspaso al Atlético de Madrid– a perderse entre el smog en China (a donde, hoy lo sabemos, nunca quiso ir).
Todo sobre su lesión es hermético. Taciturno, alejado de los focos, Jackson ha optado por hablar poco. Sabemos que el tobillo izquierdo le ha venido quitando el sueño desde años atrás, cuando jugaba para Jaguares de México. Recordamos también que, en una de sus noches grandes en Europa, bestia total del Porto que le ganó al Bayern de Pep, jugó infiltrado del mismo tobillo.
¿se acordaba de esto?
Esa noche lo puso en el Atlético, y entonces empezó el calvario: suplencia, falta de adaptación, lesión del tobillo con Colombia (por eliminatorias contra Uruguay)… y China, en donde todo se rompió. En abril de 2016, ya jugador del Guangzhou Evergrande, lo operaron por primera vez. Después de una recuperación infernal pero fallida, con complicaciones, en Julio de 2017 tuvo que operarse de nuevo.
La sombra de Batistuta, hoy con implantes de titanio en los tobillos por infiltrarse, sobrevuela sobre la historia de Jackson. Él se aferra de lleno a Dios. Después de casi dos años sin jugar, y al ver las imágenes de su tobillo, también dan ganas de rezar.
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Santi Cazorla
El drama de Santi empezó en 2013, cuando jugando con España en un amistoso contra Chile se fisuró el talón; seis semanas out. Volvió a jugar con dolor, con dolor hasta las lágrimas, hasta que en Diciembre de 2015 se rompió los ligamentos de su rodilla izquierda. Operación.
¿Quién no lo echa de menos?
Superado lo de la rodilla, se empeoró lo del talón: Nueva operación. Aunque fue una cirugía rutinaria, la herida no quiso cerrar. Entonces vino la infección, la gangrena, que se le devoró 8 centímetros de talón. Perder la pierna fue una opción y 8 veces enfrentó la anestesia y el cuchillo. Wenger dice que nunca vio una lesión peor. Su regreso es incierto. Maldita lesión.
Sergio Canales
Canales es un caso estampa. Para ayudarle a su memoria: llegó al Madrid de Mourinho como el Messi español, con menos de 18 años y por 7, 5 millones de euros. El portugués lo ignoró, con algo de saña y con algo de burla. Entonces Sergió viajó al Valencia.
¿Y si nunca se hubiera lesionado?
Recién adaptándose, en octubre de 2011 y contra el Bilbao, oyó por primera vez el clanc maldito de los ligamentos rotos. Rodilla derecha. Con el optimismo de las almas jóvenes se recuperó. Menos de un año después, cuando la vida se ponía en orden, se volvió a romper. Rodilla derecha volumen 2. ¿Más? Sí, más. En 2015, con la Real Sociedad y jugando contra el Madrid otra vez su ligamento cedió. Rodilla de derecha. Clanc.
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Reus
¿Mundial del 2014? Sin Reus. ¿Eurocopa del 2016? Sin Reus. El prontuario de lesiones del rubio es una oda a la mala suerte. 8 lesiones graves en los últimos 35 meses. Lea, recite y sienta en carne propia la maldición:
Desgarro de ligamento de tobillo izquierdo; distensión de ligamentos de tobillo izquierdo; rotura de ligamento de tobillo izquierdo; lesión del dedo gordo del pie izquierdo; lesión del aductor; pubalgia; desgarro del muslo izquierdo; rotura parcial del ligamento cruzado de la rodilla derecha. Malditas lesiones.
Termine con: La crisis de Cristian Zapata en el Milan
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