Inglaterra sufrió de más y tuvo que esperar hasta el tiempo de descuento para ganarle 2-1 a Túnez.
Puro vértigo (sin fluidez)
El juego inglés es vertical por antonomasia y más allá de la renovación, de las nuevas caras y del talento joven, no podíamos esperar ver una Inglaterra pausada y acaparadora del balón. Por la disposición y por los nombres, desde el minuto cero, vimos un equipo hiper-vertical para jugar al espacio.
Southgate paró un 3-5-2: Young y Trippier de carrileros; Henderson de cabeza de área; Alli y Lingaard de (falsos) interiores; y Kane y Sterling en punta. De todos los once jugadores de campo, el único volante con características para combinar en corto por adentro, y eso, fue ‘Hendo’. Lingard es un extremo y Dele Alli un mediapunta con más cara de punta que de medio.
Entonces, el ataque de Inglaterra, además de la pelota quieta, tuvo dos variantes y no mucho más. El pelotazo largo a los delanteros y los carrileros; y las cabalgatas de los extremos y los volantes por adentro.
Si en el segundo tiempo tuvo una posesión arrolladora fue porque, y solo porque, luego de hacer el empate, los tunecinos se metieron en la cueva.
La jugada del millón
Inglaterra hizo tres puntos porque la pelota quieta es tan válida como cualquier manera que se considere más sofisticada. Colectivamente no fueron brillantes, pero por arriba lo ganaron todo. Los dos goles fueron calcados: tiro de esquina, cabezazo de un central y la segunda jugada la cazó Kane.
Y así pudieron haber hecho más goles. El arma predilecta de Inglaterra fue tirar la pelota a la olla y cazar el rebote. Recursos efectivos no hubo muchos más que ese.
¿Decepción?
NO. Nada de decepción. Si algo ha dejado claro este Mundial es que el primer partido es jodidísimo. Bélgica e Inglaterra —rivales hipotéticos de Colombia en octavos—, ambas, jugaron mal pero cumplieron. Eso tiene su mérito. Otras, como Brasil y Argentina, no pasaron del empate.
Inglaterra es Inglaterra y los recursos no le sobran, pero a diferencia de otras veces, en Rusia, tiene individualidades geniales que la sabrán sacar de apuros. Kane, Harry Kane.
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Foto:
FIFA
