Recordando a Arnulfo Valentierra

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Un costeño que se hizo manizalita. Dueño de una zurda feroz, amigo de las tarjetas rojas y de hacer goles, de hacer muchos goles. 

 

Pensar en Valentierra nos hace sonreír. Es recordar a otro barranquillero más nacido para desafiar la monotonía, destrabar partidos y pagar la boleta. Su camino empezó en Manizales, lejos de casa, lejos del Junior que era su fantasía de infancia. Fue hace 27 años y tuvo un debut feliz: goleada 4-0 al Cúcuta; y Arnulfo hizo gol y asistencia. En el arco del Once, sorprendido con el debutante, aplaudió Juan Carlos Henao.

 

En Manizales Arnulfo se olvidó del Carnaval, fue perdiendo el acento y en su primer ciclo vestido de blanco, desde el 92 hasta el 2003, jugó 361 partidos. La gente se acostumbró a corear su nombre.  En el 93, además del cerebro, fue el goleador del equipo. En el 96, con 33 goles, casi sale goleador del torneo. Luego vinieron las lágrimas por el subcampeonato del 98 contra el Cali… y la llamada del América. “Vení Arnulfo, abandoná la loma”.

 

Recuerde a: Hamilton Ricard. 

 

Jugando de rojo no pasó mucho, como tampoco pasó mucho jugando en árabe para el Al Whada. Valentierra fue el capricho de un jeque que quiso hospedar en su palacio a una de las zurdas más brillantes de este lado del mundo. Con los bolsillos llenos, a los 30 años, volvió a la ciudad empinada. Para entonces no sabía que estaba a punto de romper la sequía de 53 años del Once y que luego terminaría conquistando América.

 

Lo de la Libertadores del Once ya lo hemos contado, es mucho lo que se ha dicho del infernal y eficaz equipo que labró el Profe Montoya. Pero como escribimos esto para recordar, qué le vamos a hacer, hay que ponerlo, hay que volver a vibrar con el grito seco – que aún hoy hace eco– con el que el Palogrande celebró este zurdazo ensangrentado. No se dejen engañar, este fue el mejor gol de la Copa, lo de Viáfara a Boca tan solo fue una linda imitación.

 

 

 

Después, ya campeón de América, volvió a cobrar en petrodólares en Arabia Saudita y Emiratos Arabes. Peñarol, Cienciano –con el que salió campeón–, Bolívar, Unión Magdalena y el Aurora de Bolivia también pagaron por contar con sus ideas. Su despedida, adivinaron, fue vestido de blanco en el 2011. Solo podía ser así.

 

Siga recordando a: Luis Amaranto Perea 

 

¿Qué más nos dejó Valentierra? Una arrogancia única para cobrar los penaltis como el que le cobró displicente, sobrado, al Pato Abbondanzieri en la final de Libertadores. Nos dejó, también, un récord raro en los volantes de armado: 16 tarjetas rojas. Un gol olímpico a Centauros y una dupla brutal con Sergio Galván Rey. Dejó el gol más rápido de la historia del Once y otros 143 más. Nos dejó imagen de un futbolista feliz, consciente de ser un crack, que jugó al fútbol con la obligación de hacernos disfrutar. Vaya si lo logró.

 

Ah, y nos dejó este golazo a Uruguay en el Centenario, antes de que el sueño para ir al Mundial de Corea y Japón se rompiera en mil pedazos.

 

Enhorabuena, Valen.

 

Termine recordando a: Juan Pablo Ángel. 

 

Foto:

El Heraldo


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