Santa Fe ganó y ganó bien. Desde el inicio dejó claro que quería los tres puntos y trabajó, como nunca se vio este semestre, para conseguirlo. Acá le explicamos el triunfo de los de Costas.
Gordillo: el hombre de la batuta.
En el Pascual Guerrero Santa Fe jugó al ritmo de Yeison Gordillo. Así como en los días en los que el equipo bogotano jugaba a lo que Omar Pérez quería, esta vez la parada la marcó el volante de recuperación.
Todo Santa Fe replicó la intensidad y agresividad con la que Gordillo juega partido tras partido. Juntó líneas y con un equipo muy corto y agresivo, presionó la salida americana muy arriba.
Con esta intención de ahogar al rival, ‘Traca’ y el ‘Trencito’ fueron los primeros defensores. El más sacrificado fue Jonathan Gómez, que marcó la derecha como volante y demostró ser un jugador solidario comprometido con la causa. Marcó, defendió y cuando pudo atacó.
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América: un equipo inofensivo.
En los noventa minutos de partido el América no generó ni una sola ocasión de gol. Lo más peligroso fueron un par de tiros libres ejecutados por Angulo y ya, pare de contar. ¿Por qué pasó esto? Si dejamos de lado la gran labor en marca del visitante, hubo dos razones por las que el equipo caleño nunca generó peligro.
Primero, América fue un equipo desequilibrado. Todo su ataque lo recostó en la banda derecha. En el primer tiempo formó un triángulo con Angulo, Ayala y Arboleda, que nunca logró quebrar al tándem Mosquera-Balanta. En el segundo tiempo, con el ingreso de Brayan Angulo, la propuesta no fue diferente. Nunca pudieron franquear esa banda y mucho menos buscar el costado contrario.
La otra razón fue la ausencia de un playmaker. La intención desde el inicio por parte de Torres fue proteger su campo. Con Ayala y Pepe ‘Mosquera’ –dos volantes de corte defensivo– la creación se veía truncada. Para la segunda mitad, el ingreso de Angulo retrasó a Arboleda, quien intentó ser el primer pase; no lo logró y el América nunca juntó las piezas para generar peligro.
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Costas hizo la tarea
Se nota que el entrenador argentino trabaja y trabaja muy bien. Reconoció que el juego ofensivo del América a lo largo del torneo siempre pasó por los pies de Borja. El delantero americano ha sido quien ha liderado a los escarlatas en la fase ofensiva, no solo como definidor sino como gestor.
Por eso, Costas creó un establo para él. Con los dos volantes de primera línea, Gordillo y Perlaza, y los dos centrales, Moya y Urrego, encerró al chocoano. No le dio ni un metro y cuando este intentó buscar espacios en las bandas, los laterales se le pegaron. Con Borja desaparecido el ataque del América no existe.
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