Sale fácil pero es así: Gustavo Costas es el Rey Midas. Equipo que toca, equipo que hace oro. Equipo que asume, equipo que sale campeón. Junto a José Mourinho es el único entrenador en el globo que ha salido campeón en cuatro países distintos. En su última entrevista, humilde como es, afirmó que no es un mago. Miente: sin él y su magia, Independiente Santa Fe no habría ganado su novena estrella.
Gustavo de cortos.
Gustavo Costas nació para el fútbol. Punto. Su historia, gracias a su abuelo, a su padre, a su tío –a su familia toda– tiene su punto de partida en Avellaneda. Más puntualmente en Racing. De chico –hoy Gustavo no lo recuerda– fue mascota de Racing en 39 partidos. Luego, más grandecito, junto a un puñado de amigos se probó en las inferiores y quedó. Hizo todas las divisiones, desde prenovena a primera, en la que debutó contra Vélez y marcando a Carlos Bianchi en 1982. Aunque ese día Racing perdió y Bianchi hizo dos goles, el carácter de Gustavo le aseguró un puesto en el plantel de primera.
Lo que vino después con los cortos de Racing es cinematográfico. A Gustavo le tocó salir campeón con el club de sus amores, sí, pero también le tocó sufrir en carne propia un club en quiebra, jugar en una cancha con piedras, mercadear partidos por el interior cuando en 1982 el fútbol argentino se reestructuró (la historia de siempre) y Racing y Rosario central se quedaron sin competir durante seis meses. A Gustavo le tocó lidiar con empresarios por migajas, a Gustavo, jugando para Argentinos de Mendoza (tildado de traidor) lo quemaron una vez con un cigarrillo. Costas, en 1983, vivió el desmadre que fue el descenso de Racing. A Gustavo le tocó, entera, la locura del fútbol argentino.
De Racing, buscando plata, viajó a Suiza para jugar en el FC Locarno, pero la frialdad del fútbol Suizo lo aburrió hasta el extremo. Volvió a Racing. Nunca le pagaron. Siempre fiel, con la camisa de la ‘Academia’ tatuada al cuerpo, se convirtió en el jugador con más partidos en la historia del club. Y chupe chupe chupe, no deje de chupar…¡Que Costas e’ lo más grande del fútbol nacional!… le cantan a Gustavo cada vez que visita Avellaneda.
¿De qué jugaba? De central (en ocasiones de volante central). ¿Sus características? No era un poeta del balón, pero no negociaba salir jugando en corto. Lo suyo era pura intensidad, puro laburo. Metía miedo.
(Le va a gustar Verón: el inmortal)
Del ‘Chino’ Costas a Mourinho Costas
Primera estación: Perú.
¿Recuerdan que arriba decimos que Costas es el Rey Midas? Bueno, acá va su primera joya: seis años después de colgar los guayos, Gustavo decidió vestirse de frac. El Alianza Lima confió y lo hizo debutar como D.T.. En el camerino lo esperaban ‘La Foquita’ Farfán, Edison ‘Guigo’ Mafla, Walter Wilches y Nelson ‘El Canario´ Oliveira. En un torneo enrarecido, entre huelgas de equipos y parones, en un partido a muerte contra Sporting Cristal, Alianza Lima se hizo de la copa. Debut y campeonato para Gustavo.
Creyéndose el cuento, al año siguiente, otra vez contra Sporting Cristal volvió a dar la vuelta olímpica. Un mesero peruano, que se negó a aceptarle la propina, dijo alguna vez: “pero cómo le voy a aceptar la propina, profe, si usted me dio la más grande alegría de mi vida“. Y sí, Costas fue a Perú para darle un regalo inigualable a la hinchada de Alianza Lima: ganarle dos finales consecutivas a su acérrimo rival. Midas.
En Alianza Lima lo aman a Costas. Lo aman.
Segunda parada: Paraguay.
Midas se despidió de Perú para firmar con Cerro Porteño. En Cerro encontró un equipo sin súperhombres, entre los que se destacaban el actual arquero del club Diego Barreto, el actual delantero del Junior, el ‘Búfalo’ Ovelar, y el recorrido goleador Jorge Achucarro. Gustavo no tuvo problema en ganar el Apertura y el Clausura del 2005. ¿Se acuerdan también que a Costas le gusta ganarse los clásicos? Bueno, ese año su equipo le ganó 5-0 al poderoso Olimpia.
Con el Clausura y el Apertura en el placard, los directivos de Cerro no tuvieron problema en venderle medio equipo a Gustavo: “Lo sentimos, profe, pero Olimpia ha contratado al ‘Tata’ Martino y ha formado un equipazo. No hay manera de competirles, es una perdida de plata. Pero quédese profe, le rogamos que se quede”. Costas aceptó, reunió a los pibes que encararían el torneo y les advirtió que quedarse solo tenía una razón de ser: volver a ser campeón.
Y lo volvió a hacer: Cerro ganó el campeonato de 2006 invicto, algo que nunca había hecho en la historia… ¡Qué Costas e´ lo más grande del fútbol nacional!
Con un equipo lleno de pibes salió campeón sin perder.
(No deje de leer nuestro perfil del técnico más vendehumo de todos)
Tercera parada: Ecuador
Para el año 2012 Barcelona completaba 14 años sin deletrear la palabra campeón. Regía la ansiedad. El club, decidido a volver a pisar fuerte, formó un lindo equipo: Juan Cazares, Frickson Erazo, Juan Carlos Paredes –todos hoy Selección Ecuador– encabezaban el plantel. Michael Arroyo, José Ayovi y el goleador Castillejos permitían soñar. El torneo empezó con Zubeldía en el banquillo, pero Luis se peleó con todos y abandonó el barco. En la junta directiva se miraron a los ojos y asintieron: era hora de llamar al al Rey Midas.
Llegó Gustavo Costas. El desenlace es obvio. De los 44 partidos, el equipo de Gustavo ganó 23 y solo perdió 7. Cerró la temporada con 41 goles a favor. Oro puro.
Costas, a donde fue, desató la fiesta.
(Le gusta la navidad: entonces le gusta Árbitros Grinch)
Última estación: Colombia.
A Colombia llegó para hacerse cargo de un Santa Fe que, gracias a los resultados recientes, no pensaba en otra cosa que en salir campeón. Aunque el club venía haciendo bien las cosas y encontró un grupo arraigado, compacto, con años de trabajo, Costas trajo a la capital un cóctel de intensidad y de vértigo. Nunca antes en los últimos diez años se había visto un Santa Fe tan decidido a ir al frente, tan rápido en sus transiciones, tan sobresaliente físicamente.
El Gustavo que llegó a Bogotá tenía muy claro que la altura tendría que ser su caballo de batalla, y entonces armó un equipo verdaderamente infernal. Un equipo come pierna, laburador, ambicioso. Sacando petróleo del balón parado, con un Omar Pérez magistral, con Seijas, con Morelo, con Luis Carlos Arias, Costas volvió a emborracharse de gloria. En 2014 ya no le venía bien el apodo de Rey Midas, tendríamos que llamarle el Mourinho del Sur (solo José ha logrado lo de Costas, salir campeón en cuatro países distintos).
Este es un guiño para el hincha rojo. El equipo campeón de 2014 eriza la piel.
El fin de semana pasado Gustavo Costas celebró que Santa Fe, bajo su mando, no pierde hace 21 partidos. Invicto inédito en el club. En Hablaelbalón, cuando lo sentimos, hemos criticado su forma de juego (y lo seguiremos haciendo).
Algunos dicen que estamos sesgados. Que no lo reconocemos, al profe. Tamaño error. Empezamos la discusión celebrando siempre que en nuestro fútbol entrene el Mourinho del sur. Anhelando que siga por muchos años más.
foto: