Bajo el mando de Diego Simeone, el Atlético de Madrid se hizo un equipo grande. En este análisis le contamos cuál es el secreto de un club que, en menos de tres años, supo sentarse a comer en la mesa de los más grandes de Europa.
La presión mediática que en temporadas pasadas estaba reservada únicamente para el Madrid y el Barcelona, ahora también sobrevuela Manzanares. El arranque tambaleante en Liga –dos empates en línea contra los recién ascendidos Leganés y Alavés– así se lo hizo saber al ‘Cholo’ y a la plantilla. Por primera vez desde la llegada de Simeone, aparecieron algunos escépticos capaces de dudar del argentino, de su método. Apenas normal. Ese es el precio inexorable del éxito prolongado en el fútbol.
La calidad de la plantilla –la mejor en años–, junto a la expectativa generada en las últimos temporadas, aumenta la presión sobre un equipo que deberá confiar más que nunca en aquellos factores que lo llevaron a competir al máximo nivel europeo y que lo dejaron, en dos ocasiones, ad portas de la máxima gloria continental. Es en las horas bajas, ante la duda, cuando se pone a prueba la fortaleza real de los proyectos. Este es el momento para repasar y reivindicar los factores metodológicos y filosóficos que han sido determinantes para la puesta en escena de uno de los proyectos deportivos más disruptivos y exitosos de los últimos tiempos.
El ‘Cholo’: Su Filosofía
Su modelo de juego, su versatilidad táctica, sus jugadas de pizarrón y los títulos conseguidos, sobre todo eso, lo avalan como uno de los mejores estrategas en la actualidad, quizás también de la historia de este deporte. Sí. Y nada de lo anterior debe ponerse en duda cuando se afirma que Diego Pablo Simeone, más que un entrenador, es un líder, un motivador y un gestor de talentos como pocos. O como ningún otro.
Más allá del modelo de juego que hubiese escogido para su Atlético, es la actitud y el nivel de compromiso con la causa lo que explica los éxitos recientes de este equipo. Hoy es difícil pensar en otro entrenador que haya tenido tanta influencia sobre un club. Desde el portero, pasando por el cocinero, hasta Griezmann, todos en Manzanares están comprometidos con el discurso de sacrificio y trabajo en equipo que pregona el argentino.
Con su “ partido a partido” –frase que repite habitualmente en la sala de prensa–, Simeone ha conseguido mucho más que ganar sistemáticamente domingo a domingo. Se trata sobre todo del impacto psicológico que tiene este discurso sobre los jugadores. Con él ha mandado un mensaje de humildad, esfuerzo y compromiso diario, todo esto sobre la aceptación de que cualquier victoria, sea contra quien sea, cuesta sangre. Por eso este equipo no conoce los excesos de confianza.
Por otro lado, la filosofía del ‘Cholo’ pasa por comprometer a los jugadores con el ‘aquí y ahora’: “si miras lejos, no ves el paso inmediato y tropiezas”, afirma el argentino. Se trata de dejar ir lo que ya pasó –bueno o malo– y no pensar en lo que vendrá; de mantener a sus jugadores en el presente y engancharle a las ansiedades que generan la proyección y la retrospección.
Se trata, también, de lograr que el compromiso de sus hombres con el trabajo diario y el entrenamiento sea absoluto. Es a punta de compromiso y confianza en una idea que este Atlético de Madrid ha irrumpido en la Liga de dos que habían montado el Barcelona y el Real Madrid. Nadie puede bajar la guardia: los jugadores importantes saben que si no trabajan pueden dejar de serlo; y los que no lo están siendo tienen la certeza de que si trabajan duro les llegará una oportunidad. Paradigmático es el caso de Fernando Torres en ese sentido. La pasada temporada cuando el ‘Niño’ no estaba en su nivel, Simeone impidió su renovación; dos meses después, cuando el delantero subió y comenzó a ser importante para el equipo, se le ofreció una renovación a petición explícita del entrenador. Gran entrenador…Grandísimo motivador.
Así es el ‘Cholo’…
Metodología de entrenamiento: El ‘Profe’ Ortega marca la diferencia
El Atlético de Madrid, aunque año tras año la sigue mejorando, tiene una plantilla que individualmente está un escalón por debajo de la clubes como el Madrid, el Barcelona o el Bayern. Para poder competir al nivel de éstos, para conseguir llegar a dos finales de Champions, para arrebatarle una Liga al Barcelona, Simeone le ha dado un valor fundamental a la preparación física. El técnico y el ‘Profe’ Ortega, el preparador físico del equipo, están convencidos de que la intensidad que requiere el modelo de juego del Atlético no sería posible sin que los jugadores estuvieran en un estado físico (más que) óptimo.
Por eso, en tiempos donde el paradigma de entrenamientos ha mutado al “todo con balón” y se ha ido desechado paulatinamente el trabajo físico aislado, el ‘Cholo’ y su equipo se siguen apoyando en el atletismo, en el trabajo físico más ortodoxo.
En el que ellos llaman “entrenamiento integrado mixto” también se trabaja el modelo de juego y las situaciones de juego con balón, se entrenan los automatismos. Obvio. Pero estos trabajos, supeditados a la dimensión táctica, se complementan semanalmente con ejercicios de cambio de ritmo y velocidad, de saltabilidad y de fuerza, entre muchos otros. El motivo de esto es que –desde la perspectiva de Ortega– el entrenamiento específico no satisface por sí sólo (no es suficiente) los estándares de trabajo físico que exige el modelo de juego del equipo.
Adicionalmente, para complementar el arduo trabajo físico, Simeone y Ortega vigilan rigurosamente el estado de forma de los futbolistas. Los regímenes alimenticios son estrictos y todos los jugadores deben estarse pesando constantemente para demostrar que se encuentran en su peso habitual.
El Atlético ha recortado la brecha con los ‘súperclase’ de Europa valiéndose de un modelo de juego (una forma de jugar) sustentado en la intensidad – término que Simeone ha universalizado y que se define como la habilidad para responder de la mejor manera en el menor tiempo posible a un problema de juego que se ha entrenado antes. Para ello es fundamental una metodología que estimule la concentración, promueva los automatismos y maximice la preparación física. En esto último el Atlético ha sabido aventajar a todos sus competidores.
Una gran plantilla
Atrás, en el pasado, parecen estar los días en que las estrellas abandonaban el barco rojiblanco. Oblak, Koke, Saúl y Griezmann rechazaron suculentas ofertas en la pasada ventana de traspasos y, debido a la buena situación económica por la que pasa el club, han podido renovar sus contratos. Con Griezmann, el Atlético se da el lujo de tener en sus filas al sexto jugador más valioso del mundo. Algo impensado hace tan sólo unos años.
El mejoramiento que, año tras año, se ha venido haciendo de la plantilla y también la retención de un grupo sólido han sido factores determinantes para el éxito. La actual plantilla es una de las mejores del mundo y, con seguridad, la mejor de la historia del club:
En la portería el titular indiscutible es Oblak, que tiene el récord Zamora en liga, con tan sólo 18 goles encajados. Al eslovaco lo respalda la experiencia de Miguel Ángel Moyá.
En la primera línea, están Savic y Giménez, ambos, centrales fuertes y seguros, candidatos a acompañar a Godín en la mitad de la defensa. Por su parte el Vrsaljko, que juega por ambas bandas, llegó a hacerle competencia –siempre es buena– a los hasta ahora inamovibles Filipe Luis y Juanfran. El español y el brasilero han sido referentes en las últimas temporadas, pero el croata con su velocidad y gran cuota de asistencias, intentará cambiar la opinión de Simeone.
En la mitad, el ‘Cholo’ tiene un amplio repertorio a disposción: El liderazgo y el juego en largo de Gabi; la contribución defensiva de Augusto Fernández; el orden y la creatividad de Tiago. Más Koke y Saúl, que también pueden jugar por adentro, el ‘Atleti’ tiene un amplio espectro de posibilidades en el doble cinco (4-4-2).
Atrás, en el pasado, parecen estar los días en que las estrellas abandonaban el barco rojiblanco
Por las bandas, a Ferreira-Carrasco, Koke y Saúl, se les sumó Nico Gaitán. El argentino llegó para ampliar el abanico de opciones ofensivas. Nico es desequilibrante en el uno a uno y una pieza clave para la propuesta contragolpeadora del equipo. Con los tándems Koke-Saúl y Carrasco-Gaitán, el Atlético tiene un mediocampo compensado, con variantes para jugar por adentro –con los españoles–, pero también para explotar el juego por las bandas.
Arriba, con la llegada de Gameiro, Simeone tendrá la oportunidad de volver a demostrar que, como con Falcao y Diego Costa, es capaz de convertir a un buen delantero en uno TOP.
La mesa está servida
Un motivador con una filosofía capaz de contagiar hasta al más escéptico; un preparador físico rebelde que encontró el secreto del éxito –aunque sea del suyo propio–; y una plantilla como el vino, que mejora con los años: juntos, los ingredientes que partieron en dos la historia de un club que hasta hace cinco años no se atrevía a sentirse grande. Ahora se hizo grande. Hoy, después de grandes temporadas bajo el mando de Diego Pablo Simeone, el Atlético de Madrid ya no es un tapado o un equipo llamado a dar la sorpresa. No. Este Atlético ya cena en la mesa de los grandes de Europa y, por lo mismo, se le exige mucho más que buenas actuaciones.
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