James la rompió en Champions. El Bayern remontó y le ganó 2-1 al Sevilla de Muriel en el Sánchez Pizjuán.
Montella castigó a Muriel
Es raro, pues a pesar de que para todos nosotros es muy claro, para Montella, Muriel es delantero centro… y pretende que sea goleador.
Y resulta que no, jugando como nueve puro Luisfer ha aportado mucho, pero se ha mostrado errático frente al arco. Contra el United falló lo infallable y contra el Barca, el fin de semana, a pesar de haber hecho gol, tomó decisiones desafortunadas que terminaron en el empate de Messi.
Por eso para el partido más importante de la temporada, su punta fue Ben Yedder, que lleva 10 goles en esta Champions y como delantero es mucho más determinante. El francés fue el único punta en el 4-2-3-1 del DT italiano.
Ben Yedder hizo un buen partido, en el primer tiempo, mientras el Sevilla tuvo la iniciativa. No tuvo opciones claras de gol, pero pivoteó y se asoció. En el segundo tiempo se desapareció.
Muriel lo reemplazó faltando diez, pero tampoco él pudo influir…
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James al banco… ¿por qué?
Lo de Muriel se entendió, en cambio la decisión de Heynckes de mandar a James al banco es más difícil de explicar. Si no fue por un tema físico, fue por darle vuelo a Thiago Alcántara, que viene de una lesión y necesita minutos importantes para llegar a tope a la recta final de temporada.
El bávaro salió con un 4-1-4-1 con Javi Martínez de volante escoba y delante de él estuvieron Vidal y Thiago para completar el triángulo. Por derecha, Müller; por izquierda Ribery; y en punta el gran Lewandowski.
El equipo arrancó tímido, sobre todo porque el Sevilla salió furioso y lo obligó a tirarse atrás. La lesión de Vidal al 36′ y el ingresó de James coincidieron con el “renacer” del equipo.
Jamesito entró y demostró lo que viene demostrando hace rato: que jugando de volante interior, en zona de gestación, es un jugador determinante. Para atacar y defender. A su alrededor el Bayern se hizo prolijo y encontró el camino de la remontada.
Fue fundamental para tejer el primer gol, comandó el ataque del Bayern en el segundo tiempo y al final, cuando el Bayern se echó atrás para asegurar el resultado, mostró sacrificio y compromiso táctico.
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La jerarquía vale oro
Esto puede sonar a un lugar común, a una obviedad, pero a estas alturas pasa siempre, una y otra vez: si el chico perdona al grande lo paga. Y caro. No contento con perdonarle la vida al Barca el fin de semana, el Sevilla le perdonó la vida al Bayern.
Se la perdonó, en el primer tiempo, con un gol hecho que Sarabia se comió con huevos de codorniz. ¿Que un gol así se lo puede comer cualquiera? No. En cuartos de final contra el Bayern es imperdonable. Para el Sevilla fue demasiado costoso psicológica y energéticamente no irse ganando en el primer tiempo, cuando le pudo jugar de tú a tú y sin complejos al gigante alemán.
Luego, en el segundo tiempo, le pesó mucho la casaca roja del rival y no fue capaz de mantener la intensidad y la consistencia con el balón. Los alemanes se apropiaron el juego y de la posesión y entonces, como pasa en la Bundesliga cada fin de semana, lo moldearon a favor. Qué equipo solido y entregado a la causa este de Heynckes. No es en extremo lírico, pero sí es una oda a la solidaridad, el despliegue y el orden.
El Sevilla, a pesar de haber jugado un gran primer tiempo, camina sobre la cornisa de la eliminación.
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