En un partido durísimo, Colombia sacó la chapa que se ha ganado en estos años y está en octavos de final.
Un infierno táctico
Nadie imaginó un primer tiempo tan incómodo para los nuestros. Sabíamos que los senegaleses físicamente son un portento y que tienen jugadores muy desequilibrantes arriba, pero jamás intuimos tal sometimiento. La superioridad física y táctica de Senegal en la primera parte fue desconcertante: cualquier volante que recibía lo doblaban inmediatamente de una patada, no contaba ni siquiera con un segundo para pensar y levantar la cabeza. Era un ritmo infernal que Colombia no podía igualar.
Más allá de la molestia física de James, no había manera de progresar en la cancha con el balón. Los rivales tapaban a todos los receptores, dejaban a Dávinson y Mina tener salida tranquilos, y apenas descargaban, salían como aves de rapiña a comerse a un colombiano. Si nos lográbamos soltar de la primera presión con un control o un buen pase, su orden era cortar con una patada sin pensarlo dos veces.
El partidazo de Cuadrado contra Polonia debió alertar al entrenador de Senegal. La vigilancia y la dura marca contra Juan Guillermo fue especialmente dura. Lo obligaron a equivocarse varias veces, logrando crear contragolpes. Así nació el penalty que, con el VAR, el juez desestimó.
Gracias ‘Profe’ por Quintero
El que escriba la biografía de Pékerman tendrá que dedicarle unas buenas lineas a la decisión de llevar a Quintero y a la gestión de su crecimiento dentro del grupo. Hace ocho meses nadie hablaba de Quinterito para la Selección; hace tres se pensaba que era un buen recambio para quince minutos. Hoy, ante los problemas físicos de James, el que tiene las llaves del equipo es el volante de River.
Su mundial está siendo majestuoso. Su maravillosa pegada –y la cabeza de Mina– nos tienen en octavos. Contra Senegal no le pesó el partido; aunque no era un contexto favorable para su juego, tuvo que bajarse al barro y lo hizo. Logró filtrar dos de sus buenas puñaladas, lanzó el bendito córner de la victoria y, en el segundo tiempo, cuando había más espacio, le dio sentido y criterio a algunos ataques de Colombia.
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Tal será la confianza que tiene Pékerman en Juanfer que, cuando había que defender el 1-0 a punta de corazón y músculo, se resistió a hacer el cambio que pedíamos todos –Quintero por Barrios– y lo dejó todo el partido. Ojalá James vuelva pronto; aunque, por ahora, podemos estar tranquilos, Juanfer es el dueño del equipo.
Nos vino bien la salida de James
Hoy se necesitaban a todos los jugadores ‘diez puntos’. Jugar con uno mermado era dar demasiada ventaja. Colombia lo sintió; el ingreso de Muriel por James fue otro acierto de Pékerman, un alivio para el equipo. Necesitábamos a un jugador que no la pidiera el pie sino al espacio y pudiera, así, evitar la telaraña de patadas y presión de Senegal. Con James, Mateus, Quintero y Falcao era más difícil ganar en largo y estirar a la defensa rival.
Muriel entendió que su misión era exigir y desorganizar. Nunca iba a recibir la pelota al pie. Colombia logró agitar el partido por el desgaste de Senegal y gracias a las intervenciones de Muriel sin balón. Su entrega y sacrificio fueron conmovedores: luchó, peleó, picó al espacio, reclamó y ganó faltas.
Aunque nos duela decirlo, pues no es para nada fácil de digerir: la salida de James le vino bien al equipo. En octavos lo necesitamos de vuelta. No será un partido como el de Senegal; habrá más espacios y más tiempo para jugar, y con espacio y tiempo no hay nadie mejor que el ’10’ cuando está en buena forma.
Foto: futbolred.com