Nos pusimos en la tarea de mirar cuánto vale un jugador europeo y cuánto uno suramericano. Se lo contamos masticadito.
Cuando no hay fútbol, cuando los artistas están de vacaciones, la atención del aficionado se centra en el mercado de fichajes. Y resulta que el mercado está loco. Disparado. Los grandes clubes europeos —y ahora los chinos— están dispuestos a pagar sumas desorbitadas por los jugadores.
Que 120 por Mbappé, que 180 por Cristiano, que 250 por Messi, que tanto por fulano, y vaya uno a saber cuáles son los mecanismo precisos con los que se tasan los precios. Factores, con seguridad, habrá infinitos, sin embargo, hay uno que salta inmediatamente a la vista. La dicotomía Europa-Suramérica ha acaparado gran parte de los debates —modernos y antiguos— en torno a este deporte y es imposible no hacerse la siguiente pregunta: ¿qué vale más, un jugador europeo o uno suramericano?
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Conscientes de las limitaciones metodológicas, del tamaño de la muestra y de la infinidad de factores que podrían influir, cogimos el Top 50 de los fichajes más caros de la historia según el portal Transfermarkt y cruzamos las nacionalidades de los jugadores con los valores que se pagaron por sus transferencias.
Lo primero es decir que entre las 50 transacciones más caras no hay ninguna que se haya hecho por un jugador de un continente diferente a Europa o Suramérica (América): 26 son europeos y 24 son suramericanos. Ni Asia ni África han logrado clavar sus banderas en las más altas esferas del mercado.
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Los países más representados fueron Brasil, con diez transacciones, y Argentina, con siete. En el tercer lugar empataron Colombia, Portugal y Francia, cada una con cuatro (James aparece dos veces; del Porto al Mónaco y del Mónaco al Madrid). Después, más abajo, vienen países como Alemania, España e Inglaterra que tienen tres.
En total se gastaron 2862.89 millones de euros, de los cuales 1513.49 se pagaron por los 26 europeos y 1349.4 por los 24 suramericanos. Así, en promedio, un jugador europeo costó 58.2 millones, mientras que uno suramericano costó “tan solo” 56.2 millones. Es decir, se pagaron aproximadamente dos millones de euros más por los jugadores europeos del Top 50.
Aun así, a pesar de que el europeo promedio (en el Top 50) se vende más caro, hay algo claro: Argentina y Brasil, por mucho, siguen acaparando la producción —en cantidad, aunque sea— de los jugadores más costosos. Potencias como España y Alemania todavía las miran desde lejos. Colombia, mientras tanto, sigue ratificando su estatus de potencia emergente. Y el caso de Francia, que tiene cuatro futbolistas en el Top 25 —uno de ellos el más caro—, no deja de llamar la atención.
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