Cardona es una de las dudas de la lista de José para Rusia. Acá las consideraciones a tener en cuenta para pensar sus posibilidades.
Cuando pensamos en La Selección Colombia que veremos en Rusia, a decir verdad, son más las certezas que las dudas. Por lo que hemos visto de Don José, no es difícil inferir que querrá mantener la base que lo puso a bailar en Brasil y que no le cortará la cara a los buenos muchachos que estuvieron en las buenas y en las malas en el camino a Rusia.
Entre ellos se destaca el niño más maleducado de la Selección (y también el más talentoso): Edwin Cardona. Si usted no tiene claro su aporte en esta eliminatoria, es hora de que sepa que además de sus tres goles –dos de ellos agónicos y fundamentales, contra Paraguay y Bolivia–, el gordo jugó 15 de los 18 partidos de la eliminatoria. Traducción: Pékerman lo quiere y lo necesita.
Siendo así la vuelta, ¿por qué para muchos sigue siendo una duda?. Por dos cosas: porque el 10 de noviembre de 2017, en un rapto de inmadurez y locura, se las dio de artista e imitó –burlón y torpe– los ojos rasgados de un rival surcoreano; y porque el 11 de abril, jugando contra Palmeiras por Libertadores, se jodió el músculo semitendoso de su muslo derecho y entonces estuvo por fuera tres semanas.
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Sobre lo primero, hay que tener claro que aunque la estupidez le salió cara y la FIFA lo sancionó con 5 partidos, en el documento que estipula la sanción, queda bien clarito que esta se cumplirá en los partidos amistosos previos al mundial. Entonces: si bien se perderá la preparación oficial en fechas FIFA, no es verdad que Cardona no podrá estar con el equipo en el mes previo, en donde la verdadera preparación ocurre.
Sobre lo segundo, su maldita lesión, hay que saber que aunque ya está apto para jugar y el Guillermo lo ha ido incluyendo de a poco, está bien preocuparse; pues antes de lesionarse contra Palmeiras, en marzo ya se había jodido el aductor derecho. Traducción: es una realidad que el 10 de Boca está pasándola mal con las lesiones, y que pensando en Rusia es difícil pensar que va a llegar a tope.
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Entonces, para que discuta con sus amigos: El dilema de Pékerman consiste en mochar o incluir a un jugador que, por un lado, con su polifuncionalidad -extremo y mediapunta– lo hizo feliz en las eliminatorias y que además, cuando las lesiones lo han dejado, ha sido indiscutible en Boca (ha jugado 13 de los 19 partidos del equipo en el 2018); y que por otro lado, está en un estado físico preocupante, no podrá estar en los amistosos previos al mundial en los que se prueban cosas y se testea el estado de forma de los jugadores y acarrea problemas músuclares que, de seguir en Rusia, podrían privarlo de jugar a todo taco, como una copa del mundo requiere.
¿Qué creemos nosotros? Que José, paternal como siempre, lo va a tener entre los suyos, pues entiende al gordo como un suplente feroz, capaz de apagar incendios… como contra Paraguay y Bolivia. Sí, crackdona va a estar.
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LaVanguardia