La opinión de los columnistas no refleja necesariamente la de Hablaelbalón.
La Colombia de Carlos Queiroz en este 2019 con la Selección Colombia ha tenido luces y sombras. Le ganó a Japón (1-0) por la mínima en el estreno del portugués y luego se cayó contra Corea del Sur (2-1). Bailó a una débil Panamá (3-0) y a una fuerte Perú (3-0), que acabó subcampeona sudamericana. Le ganó a Argentina (2-0) tras mucho tiempo y mantuvo la fiesta con Catar (1-0) y Paraguay (1-0) para acabar la primera fase de la Copa América como favorito al título. Se dejó apagar por Chile (0-0) y la mala suerte de la tanda de penales que la eliminó del torneo. Jugó palo a palo contra Brasil (2-2), recién coronada campeona, en un amistoso muy bueno. Se quedó seca, de nuevo, con Chile (0-0), a pesar de jugar mucho mejor, y Argelia le dio un paseo (3-0). Finalmente, contra Perú se encontró con gol raro (1-0) y frente a Ecuador (1-0) la victoria se quedó corta.
Y el proceso, con sus idas y venidas, tiene mucho trabajo pendiente. La defensa titular da tantas garantías como dudas sus suplentes. Basta con cambiar una ficha de la primera línea para que todo el sistema tiemble y lleguen las ocasiones del rival. El mediocampo es intermitente y le cuesta leer ciertos tramos del partido, en los que cada volante soluciones complejas a problemas fáciles. Los delanteros, madre mía, los delanteros… encuentran bien los espacios solo para usarlos mal. La falta de gol en Colombia es un tema serio, porque el gol es victoria y la victoria es estabilidad, esa que te permite corregir todo lo demás con calma.
La lista puede seguir, pues también hace falta mencionar que Colombia arranca dormido todos los segundos tiempos y sufre mucho a los equipos que saben cerrarse atrás. A pesar de todo eso, y que duele no ser campeones de América como muchos exigían en junio, el proyecto funciona y lo anterior no es más que una lista de detalles típica en el primer año de un proceso en una Selección.
Lea también: Cómo apostar en línea sin perder el control
Me parece apresurado hablar de éxito o fracaso en este proyecto. Veo una buena idea y a partir de ella pueden pasar cosas chingonas, como dice Chicharito. Entiendo que el afán de resultados apresure mucho las sentencias del entorno. Lo que sí me parece absurdo es que un sector de la prensa y la afición digan que Carlos Queiroz traicionó el juego colombiano. ¿Cuál juego? ¿El toque de Maturana? El país tiene más historia que los años ochenta y noventa (aplica para todo). La mejor Colombia de la historia, la de José Pékerman, no tenía un sistema definido. Jugaba vertical cuando podía y horizontal cuando debía. Nadie le criticó eso hasta que perdió efectividad y se quedó sin ideas.
Lo mismo sucederá con Queiroz. Si gana, la gente olvidará su “traición al juego”. El proyecto tiene pormenores, pero que nadie piense que es porque los futbolistas colombianos no pueden jugar a lo que el portugués propone. Somos un país de buenos mediocampistas, sí, pero también de delanteros veloces. Si Queiroz fracasa no será porque el ADN colombiano no tiene instalado un estilo de juego, sino porque el luso no supo arreglar los pormenores. En marzo inicia lo bueno.
Foto:
Getty