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“Nacional se ha equivocado en los últimos años” dijo Osorio después de que el verde quedara eliminado de la Liga Águila. No comparto su tono arrogante, ni su victimismo escondido en frases oportunistas. Sin embargo, dentro de toda la carreta que el entrenador de Nacional ha sacado, lo citado vale la pena rescatarlo. Osorio, por motivos equivocados, lanza una afirmación que tiene de donde agarrarse.
Desde la salida de Reinaldo Rueda, Atlético Nacional ha vivido una época de reestructuración en el campo. Lo bueno no dura para siempre, y la gloriosa etapa del verde esta década se fue diluyendo junto con su fútbol. El camino ha estado marcado por la poca claridad a la hora de responder a la pregunta más importante: ¿A dónde vamos?
La directiva en junio de 2017 sacó de manera precipitada a Reinaldo Ruedo. Apostó por algo diferente y dio vida al proyecto de Juan Lillo en Colombia (ese mismo que fracasó en Millonarios). Tras la predecible debacle, Nacional cambió de idea y apostó por una más sudamericana: Jorge Almirón. El argentino había armado un gran Lanús y tenía la oportunidad de imprimir su sello en un grande del continente, pero el proyecto nunca despegó. La cosa pareció arreglarse con Hernán Darío Herrera de encargado, pues Nacional ganó la Copa Águila, pero el club no se tuvo confianza y prefirió mover fichas cuando parecía tener algo bueno entre manos . Llegó Autuori a poner un estilo que ningún jugador entendió y Nacional decidió volver al pasado: Juan Carlos Osorio.
Y entre tanta ida y venida, el club de Medellín está en el mismo lugar que antes. Si nos olvidamos del párrafo anterior, podríamos hasta pensar que nada pasó y que Nacional simplemente se quedó con el proyecto que funcionó en el pasado (ese Osorio-Rueda) pero que ya no sabe igual. Tras casi tres años de bailes, el equipo no tuvo más solución que volver al juego de Osorio. La diferencia es que el entrenador que se fue con tanta gloria a crecer y con el sueño de dirigir la Selección Colombia es ahora un señor atrapado en las malas decisiones que él también ha tomado desde entonces, sobre todo en el último año. Este Osorio arrogante, peleón y desenfocado es lo que queda de tanta turbulencia, de la escapada a los paraguayos, del agarrón con los mexicanos.
La ironía de todo esto es que Osorio es el más reciente error de Nacional. El autor de la frase del comienzo ejemplifica como pocos el significado que esta lleva. El entrenador puso a disposición su cargo, pero también anunció que pretende hacer un cambio fuerte en la plantilla para el año que viene. Nacional puede tomar muchos rumbos, pero le toca ir corrigiendo errores. Puede sacar a Osorio o mover su plantilla, pero se tiene que mover hacia adelante. Ya se dio cuenta, después de tanta turbulencia, que el pasado no se recupera.
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