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Hace unos días leí que Pablo Armero dijo que quería volver a la Selección y pensé que tendríamos que estar demasiado desesperados para llegar a eso. Afortunadamente, diez meses después de haber dejado huérfano el puesto, Frank Fabra volvió a jugar un partido de élite. Eso significa que, si somos optimistas, tendremos un lateral izquierdo de alto vuelo en la Copa América.
Desde que se jodió en la víspera del Mundial de Rusia, durante casi un año vimos pasar a varios por el puesto y la verdad ninguno le lleno los guayos a Frank. Los candidatos o todavía están muy biches o no están a la altura de la Selección. El hoy también lesionado Johan Mojica, que parecía tener todos los pergaminos para reemplazarlo, tuvo un Mundial apenas discreto, cuando no pecó de ansioso, simplemente pasó desapercibido. Deiver Machado, que parecía preparado para dar el paso adelante, decepcionó en el amistoso contra Japón; nunca supo si ir al ataque o si quedarse en defensa y al final no hizo ninguna de las dos. También apareció el nombre de Cristian Borja, que contra Corea del Sur mostró inteligencia y buen físico, pero que también dejó ver flaquezas en el uno contra uno, y eso que todavía no ha tenido que torearse con tipos como Messi o Willian.
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Y es que solo hay que recordar el nivel de Fabra antes de su lesión para pensar que quizá en Rusia las cosas hubieran podido ser diferentes. En los amistosos previos al Mundial Fabra dio un salto de calidad: solucionó sus desatenciones tácticas y dejó ver lo mejor de su repertorio. Había aprendido a administrar su oxígeno, a apoyar en ataque sin dejar pagando atrás y a sacar el balón con criterio e inteligencia. Como sucedió después de Brasil 2014 —cuando Armero tuvo su bajón de nivel—, con la lesión de Fabra, Colombia no volvió a producir nada por izquierda.
Por eso ilusionó verlo de vuelta. Fue titular el fin de semana en el empate 1-1 de Boca contra Aldosivi. Como era de esperarse, todavía le falta fútbol, distancia y recorrido, pero jugó 90 minutos y se mostró entusiasta. Siempre pasando, pidiéndola al espacio y llegando a línea de fondo. Fue clave en la jugada del gol de Boca y dejó la sensación de que en un mes y medio podría estar listo para ir a la Copa. Si llega, seguramente no será la solución a todos nuestros problemas, pero sí le dará un salto de calidad al equipo. El proyecto de Carlos Queiroz depende mucho del juego por afuera y el legítimo heredero al trono de la banda izquierda está de vuelta. Buenas noticias.
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