Aunque lleva años decepcionando, el Milán arrancó bien la temporada 2016/17. Alcanzó a estar en la segunda posición y sus hinchas, inevitablemente, volvieron a creer. Mala idea. Pues el equipo de Montella se desinfló a mitad de enero y hoy camina séptimo a 19 puntos del líder Juventus
Estas son las razones del mal momento del equipo, de su repentino bajón en la tabla y de su crisis de juego.
Mucha Posesión, poca finalización.
A Vicenzo Montella le gusta el fútbol vistoso y de posesión. Desde inicio de temporada, su Milan ha intentado dominar los partidos y tener el balón. Y lo ha logrado. Lo sigue haciendo. La diferencia es que ahora hay muy poca incidencia de los delanteros y ya no se finalizan las jugadas.
Inicialmente, el tridente de ataque estuvo formado por Niang, Bacca y Suso, respaldados por ‘Jack’ Bonaventura en el mediocampo. Al principio, en ese 4-3-3, con Bonaventura de interior, los cuatro rindieron notablemente. Sin embargo, Niang tuvo un bajón de nivel tremendo que se evidenció en sus dos penales consecutivos fallados (uno ante Crotone y otro ante Roma). Su caída fue tan drástica que repentinamente dejó de contar para Montella y salió cedido al Watford. Suso, por su parte, comenzó a ser predecible en su juego y la banda derecha del Milan dejó de sorprender. Finalmente, Bacca (al contrario que Falcao) ha fallado goles que en el pasado no fallaba y se ha dedicado más a protestar que a jugar.
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Cambio de posición y la lesión de Jack Bonaventura.
Giacomo Bonaventura está llamado a ser la piedra angular del Milán de Montella. ‘Jack’ es un un mediocampista versátil, con técnica y gol. Su posición inicial en el esquema de Montella fue en la línea de tres medios, acompañado de Kucka y el joven Locatelli. Sin embargo, debido al bajón de Niang, Bonaventura pasó a hacer de extremo, donde también brilló. No obstante, la incapacidad de los demás mediocampistas para suplir su labor afectó la generación de juego del equipo. Además, a final de enero, Bonaventura sufrió una lesión muscular que lo tendrá tres meses más en el dique seco.
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Pobre mercado veraniego e invernal.
Este es, sin duda, uno de los principales problemas del Milan en las últimas cinco temporadas. Se han contratado jugadores que no están a la altura del equipo. En el último mercado de verano llegaron G. Gómez, Lapadula, regresó Paletta (gran acierto), Sosa, Vangioni, regresó Suso (gran acierto), Mati Fernández y Pašalić; y en el mercado de invierno, se fichó a Deulofeu, Lucas Ocampos y Storari para ser tercer arquero. De los fichajes realizados, sólo tres o cuatro han sido útiles y en ningún momento se pensó en cubrir la carencia en el mediocampo. Montella juega con la misma plantilla usada por Mihajlovic y Brocchi la temporada pasada.
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Proyecto joven sin maestros.
Actualmente, el ´baby´ Milan tiene una de las plantillas más jóvenes de Italia y de Europa, desafiando la tradición del fútbol italiano, acostumbrado a tener en sus alineaciones a jugadores de 30 años en adelante sin dejar espacio para los jóvenes. En este Milan figuran promesas de gran cartel internacional y con gran talento: Donnarumma, Calabria, De Sciglio y Locatelli, y otros jóvenes que no son canteranos pero que aportan frescura y calidad como Romagnoli, Suso y Pašalić.
Todos estos han engranado a la perfección dentro del esquema de Montella, sin embargo no existe el equilibrio entre juventud y experiencia (buena experiencia) que es necesario para competir en las grandes noches. A diferencia de antaño, hoy no hay grandes jugadores experimentados que puedan guiar a los más jóvenes.
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El Heraldo