Su actual estado de forma es una maravilla. A este nivel, Muriel puede quitarle el puesto a Cardona.
El Sevilla pagó en el verano del año pasado 20 millones de euros a la Sampdoria por Muriel. Fue el traspaso más caro de la historia del club. No lo sabemos, pero es posible que haya sido el último servicio del gran Monchi —excelso ojeador— antes de irse a la Roma. Con el cartel del ‘más caro de a historia’ llegó Muriel al Sánchez Pizjuán. Un cartel que es un peso extra. Un lastre. Se le pide magia a estos jugadores desde el minuto cero.
Mientras el público esperaba rendimiento inmediato, había un chico que, silencioso y prudente, trabajaba para adaptarse al sevillismo, al club y a una nueva liga. Berizzo, su entrenador de agosto a diciembre, no contó mucho con él. Y razón no le faltaba: Ben Yedder, la directa competencia de Muriel, hizo una fase de grupos en Champions maravillosa y el rendimiento del colombiano no era regular.
El Sevilla tuvo derrotas dolorosas, de esas que quiebran proyectos e indignan a las hinchadas: la goleada 5-0 en el Bernabéu, el 4-0 contra el Valencia en Mestalla y el 5-1 contra el Spartak de Moscú por Champions. El club cesó a Berizzo después de Navidad y firmó a Montella el 28 de diciembre. Un cañonero italiano para enderezar la temporada. Empezó de la peor manera: derrota 5-3 de local contra el Betis. Pero con las semanas, el equipo ha crecido: es mucho más solido en defensa, sufre menos en las transiciones y los jugadores clave levantaron su nivel. El triunfo contra el Atlético en la Copa del Rey fue la gran señal de esta mejoría.
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Una de las claves, claro, ha sido el nivel de Muriel. En los últimos seis partidos fue titular en cuatro (Atlético de Madrid, Leganés, Leganés y Girona) y desde el banco jugó 35 minutos contra el Getafe y 30 contra el Eibar. Metió dos goles y dio dos asistencias. Además, mostró una versión furiosa y atrevida de su fútbol. Rápido, potente, desequilibrante, pidiendo y participando. Hoy podemos decir, por primera vez en la temporada, que es titular por encima de Ben Yedder.
Jugando a este nivel Muriel debe ir al mundial. Puede ser nueve o puede ser extremo, como lo usó Pékerman en varios partidos. Con el Muriel de Montella ni Chará, ni Izquierdo, ni Borja, ni Pluto, ni Tribilín. Hoy, España y Sevilla ya conocen a Luis Fernando Muriel.
El Pizjuán lo aplaudió y lo está valorando en toda su dimensión. Hoy saben que pagaron por una certeza. La gran prueba de la temporada —y de Muriel— será la serie contra el Manchester United. El colombiano sufrió una sobrecarga muscular contra el Girona y es posible que por eso descanse contra Las Palmas. Todo será para estar listo cuando llegue la banda de Mou.
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Si sigue jugando así, el tema no es solo si debe estar en la lista, sino que se convierte en una opción plausible para ser titular. Cardona tiene cinco partidos de suspensión, no estará en ninguno de los amistosos y Pékerman ya sabe lo que Luis le ha dado jugando de extremo izquierdo. Es un avión y pocos jugadores de Colombia tienen su desborde. Por otro lado, el tema de la cirugía de Cuadrado también abre la puerta. Lleva seis semanas parado y veremos en qué condiciones llega al mundial. Si no está a tope en junio, Muriel debería ser la siguiente carta.
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