Estos son los jugadores que también permiten ganar cosas importantes. Muchas veces las respuestas están en el banquillo.
Casi todos los equipos de fútbol tienen un jugador que la afición siempre quiere ver pero que el entrenador debe sentar y le duele en el alma hacerlo. Duele porque en muchas ocasiones es un jugador talentosísimo y tiene cosas de las que la mayoría del equipo carece, pero cuando el entrenador le pone nombres y apellidos a su idea, sencillamente, no cabe.
Ha pasado desde que el fútbol es fútbol y seguirá pasando. Es inevitable. La fuerza de una idea colectiva siempre será superior a los nombres propios. En el mundial del 86′, al ‘Narigón’ Bilardo le dolió mucho sentar en el banco a Bochini, el genial y sutil enganche de Independiente, porque jugaba con solo uno y dos delanteros, y Maradona era entonces el único indiscutible de aquel equipo.
Le pasó a Bielsa con Crespo en el mundial de Corea y Japón. Tenía a dos fenómenos del área en el equipo: Hernán y Batistuta. Los dos junto a Ronaldo eran los mejores nueves del mundo. Pero con Marcelo, por su ortodoxa idea de jugar siempre con extremos, uno debía ser suplente. Argentina salió en primera ronda y siempre quedará en el aire la pregunta sin respuesta de qué hubiera pasado con ese equipo si jugaban los dos.
Le pasa a Zidane con Isco y Bale, y le pasa a usted con su amigo crack del barrio que no entra en el once. Pero nada como tener un suplente de oro. El distinto que entra y uno sabe que el partido puede cambiar.
Estos son los mejores suplentes del FPC:
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Jarlan Barrera
De la estirpe del mejor ’10’ de la historia de Colombia había muchas posibilidades que saliera algo muy bueno. El primo del Pibe es un fino zurdo de 21 años que juega hace cuatro años en el Junior de Barranquilla. Quienes no tienen clara su historia pueden pensar que es mucho mayor. Jarlan todavía es un niño, lo que pasa es que lleva haciendo ruido desde los 17 años.
Su mejor año fue en el 2015 con el Junior de Alexis Mendoza. Campeón de Copa Colombia, subcampeón del finalización, jugó 36 partidos y marcó ocho goles. Ese año fue su presentación en sociedad.
Dos años después, para pena nuestra y de Comesaña, Jarlan no cabe en este buen Junior. Cuando para el 4-4-2, Escalante y Chará son los volantes abiertos, Teo es media punta y Ovelar juega en el área. Y cuando cambia a un 4-3-2-1, Teo y Chará juegan por dentro con mucha movilidad por detrás de Ovelar.
Jarlan es de la familia de los incomprendidos. Como los Özil y los Fábregas, es irregular, de apariciones e inspiraciones. Se pierde en las brumas del partido. Desaparece. Pero justifica sus minutos con impulsos de artista, con pincelazos exquisitos para filtrar un pase, para meter un caño que sacude las tribunas. Para picarla. Así son los de su talante.
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Omar Pérez
Durante un buen tiempo el tránsito de Omar de la titularidad a la suplencia le costó sangre al club. Esa transición de jugadores emblemáticos y fundamentales en el éxito deportivo de un club siempre es traumática. Raúl, Casillas y Xavi son otros ejemplos. Quizá en el caso de Santa Fe ese paso ha sido más caro de lo necesario. Han volado entrenadores y el equipo por momentos se ha condicionado excesivamente por ese dilema.
Pero ahora todo es paz en la familia Cardenal. Desde Pastrana al utilero, todos tienen claro que Omar Sebastián Pérez es y debe ser suplente. Su nuevo estatus le viene muy bien al club. Sin embargo, una cosa es una estrella decorativa, arrumada en el rincón del vestuario, y otra cosa muy distinta es un jugador importante, con ganas y capacidad de aportar, y con momentos de fútbol que le cambian el curso a los partidos. Don Gregorio y Omar han logrado lo segundo. Enhorabuena a los dos.
El argentino es hoy el jugador trece o catorce del equipo. No es intrascendente. Otra vez Santa Fe vuelve a ganar puntos y partidos gracias a la mira telescópica de su pierna derecha. Si el rojo vuelve a ser temible en la pelota quieta es en gran parte por él. Don Gregorio, para las segundas partes o la última media hora, saca a un extremo y mete a Pérez para ponerle hielo a la sangre caliente del partido. El talento y la sabiduría de Omar como suplente de lujo le están viniendo muy bien al equipo.
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David Macalister Silva
Es difícil etiquetar a este volante como titular o suplente. Es un poco de las dos. Ha sido titular en seis juegos y en siete fue suplente. En la búsqueda de Russo de jugar con un mediocentro, dos interiores y extremos, ha sido el sacrificado. Cuando juega de extremo se pierde. Es cuando el entrenador trata de jugar con un equipo parecido al del semestre pasado, con enlace detrás del punta, cuando Macalister puede sobresalir. Sin embargo, varias de sus mejores servicios al equipo han venido como revulsivo. Como respuesta desde el banco.
Sus características son útiles para dos tipos de remate de partido. Cuando su equipo va ganando y se necesita un jugador que le baje el ritmo al partido, que juegue con la desesperación del contrario y pueda darle a Millos la posibilidad de descansar con el balón, David es el ideal. Pero cuando el equipo va perdiendo 1-0 y enfrenta a un rival que se cierra con dos líneas de cuatro, David, también, puede ser la llave que destrabe el candado. Su visión y su juego fino en espacios reducidos permite destruir sistemas ultradefensivos.
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