El fútbol tolimense está pasando por un momento dorado y Carlos Turriago, un abogado ibaguereño de pura cepa, quiso contarnos por qué.
Soy abogado y actualmente me encuentro en Madrid realizando un Máster en Derechos de Imagen y Representación de Deportistas. A principio de cada semestre, antes de arrancar las clases, es habitual que se nos pregunte por nuestro país y ciudad de origen. Alguna vez, al decir que soy de Ibagué, una ciudad a tres horas de Bogotá, alguno de mis compañeros contestó con un emotivo “¡ah! la ciudad en donde nació James Rodríguez”. Aunque me resultó grato, inmediatamente aclaré que James nació en Cúcuta, pero que efectivamente se formó en mi ciudad.
De manera similar, me he visto en la obligación de aclarar que Freddy Guarín, aunque también se formó en Ibagué (y compartió cancha con este abogado), tampoco nació allí, sino en Puerto Boyacá. Sin embargo, más allá del lugar de origen del uno o del otro, me llamó la atención que en todos los países por donde pasaron se les relacionó con mi ciudad. Esto, por asociación, quizás, me llevó a pensar en lo prolifero –futbolísticamente hablando– que es mi departamento. En Tolima estamos viviendo un ‘Boom’ futbolístico.
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Solo hoy, revisando el plano local, sumando la Liga y el Torneo Águila, hay más de 25 jugadores tolimenses en el fútbol profesional colombiano. En el plano nacional se destacan nombres como el de Daniel Bocanegra, protagonista del estelar Nacional de Rueda y recientemente convocado por Pékerman; o el de Henry Rojas, que se destacó en el Millonarios de Cocca y además viene de jugar una temporada en Bulgaria. Otros jugadores como Juan Camilo Saíz, Nicolás Rubio, Cristian Flórez, Jose Huber Escobar, Iván Rojas, Gilberto García o Jesús Figueroa también son producto del fútbol formativo tolimense.
Pero la escuela tolimense no solo ha sacado grandes jugadores, también técnicos. Hernán Torres –al que respetuosamente llamo El Señor de los Milagros– también es un producto de la casa: nació en Ibagué, debutó en el Deportes Tolima y se retiró en el ya desaparecido Cooperamos Tolima. En el Tolima también inició su carrera como entrenador. Años más tarde se inmortalizó devolviéndole la gloria a Millonarios y hace poco fue el gran artífice del milagroso ascenso del América. Junto a Torres también se destacan entrenadores como el ‘Profe’ Jorge Luis Bernal –una institución del fútbol tolimense–, Flabio Torres con su espectacular Bucaramanga y Harold Rivera que tras una excelente campaña con Patriotas suena como reemplazante para dirigir al Tolima ante la posible salida de Alberto Gamero.
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Finalmente, también hay que destacar el gran trabajo que ha hecho la Liga de Fútbol del Tolima con las selecciones juveniles. Este año sus equipos fueron animadores y protagonistas de los torneos nacionales, llegando a instancias finales con un fútbol llamativo que atrajo la mirada de clubes y empresarios. La Selección Tolima Juvenil fue finalista del Torneo Nacional de la Difútbol.
Entonces, que Deportes Tolima sea finalista de la Liga Águila y ya esté clasificado para la Copa Suramericana es solo la guinda en el pastel. El título sería un reconocimiento especial (y más que merecido) para muchas personas, asistentes técnicos, preparadores físicos, psicólogos deportivos, etc., que son oriundos de mi tierra y hacen que todo esto sea posible. Las cosas se están haciendo bien.
El gran presente del fútbol tolimense no es una coincidencia azarosa. Quienes estamos pendientes de la formación deportiva en Ibagué estamos al tanto de proyectos serios, diseñados con metas a corto, mediano y largo plazo, que tienen como principal objetivo la preparación de personas integrales, con gran talento y excepcional calidad humana. Si el trabajo se mantiene, con seguridad se seguirá viendo reflejado en más y mejores resultados.
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