En una noche que le exigía al Barcelona un partido perfecto para otro milagro, la tropa de Messi se estrelló contra una roca. Si bien generó peligro, el Barca demostró otra vez que se encuentra lejos de la ruta que le permitió convertirse en un equipo paradigma.
La sospecha arbitral y las críticas al PSG por el famoso 6-1 ponían a prueba a un equipo al que nunca se le puede descartar. Alguna de las oportunidades falladas en el primer tiempo hubiera trazado un partido con otros matices. Pero finalmente las cosas se cayeron por su propio peso. Está en semifinales el equipo que mejor hizo las cosas en la eliminatoria. Estas fueron las tres claves del partido:
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Sin brújula
El año del triplete de Luis Enrique el equipo contaba con un Xavi todavía activo, un gran Iniesta, Busquets, Rákitic y el mejor Rafinha. Dos años después, las canas de Iniesta ya no son en vano. Con Xavi jugando en Qatar, Rafinha lesionado y la falta de adaptación de André Gomez y Denis Suárez, el escenario es el de un equipo que tiene extraviada la brújula de su esencia: la mitad de la cancha.
Hoy tuvimos la impresión durante todo el partido de que el milagro dependía de alguna genialidad de Messi o Neymar. La estructura del juego de posición del Barca está en horas bajas. Por falta de volantes y por el desgaste de la etapa del entrenador, los automatismos no están aceitados. Pulir el modelo del Barca requiere de un nivel de prolijidad muy alto en todos los detalles.
La Juve: un equipo completo
La versión 16/17 de la Juventus mostró en esta eliminatoria un estado de madurez total. Allegri decidió sepultar el 3-5-2 para jugar con un 4-2-3-1 realmente sólido. El equipo tiene una versatilidad muy interesante. Solidez defensiva a la italiana para defender, y velocidad y picardía latina para atacar.
El partido de Bonucci y Chiellini fue monumental. Estos centrales conocen todos los secretos del oficio defensivo. Lideran y ordenan al resto del engranaje. El equipo presiona ordenado para recuperar alto y se arropa a la perfección para replegarse. Al momento de atacar tiene a dos laterales brasileños que andan en un gran nivel. Dybala como eje. Cuadrado, que como extremo es un diablo y un delantero de muchos quilates como Higuaín. Seis europeos para defender y cinco latinos para atacar.
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Allegri tuvo un plan
El entrenador vio que el partido podía tener sus momentos e intentó llevar los altibajos del partido a su terreno. Un gol del Barca antes del primer cuarto hubiese provocado que el Camp Nou estallará y el equipo entrara en una dinámica aplastante. Allegri ordenó salir a presionar y robar arriba durante el primer cuarto. Así lo hizo su equipo y le funcionó. El Barca no pudo salir, tuvo dos opciones de gol, y a partir de ahí la Juve pudo acomodarse en el partido, retroceder unos metros y defender como una roca.
Ocurrió lo mismo al inicio del segundo tiempo. Si bien defendió casi todo el partido, la Juve eligió momentos para tapar a los receptores y obligar al Barca a dividir la pelota. El plan funcionó a la maravilla. El milagro esta vez no fue posible.
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